La mojadura del alcalde Alberto Varela la recordará toda su vida. Acudió a mediodía a Castroagudín para departir un rato con los vecinos en sus fiestas patronales y marchó de allí empapado en una réplica de las Fiestas del Agua de Vilagarcía con varios calderazos llenos de la la gélida agua que mana de la plateresca fuente que preside la plaza central de la parroquia.

La cortés visita, sin esta alusión, la colgó el propio regidor en su página web con una foto en la que aparece flanqueado por su propia esposa, Paola María, y los concejales Sonia Outón y Lino Mouriño.

Fue éste el aperitivo a una jornada de jolgorio, una especie de carnaval de verano en el que el humor fue el gran protagonista, sin olvidar la destreza e ingenio de los vecinos a la hora de elaborar tanto carrozas como disfraces.

La que representó a la Orquesta Pontevedra causó sensación desde el primer momento, con una banda en que dos "provocativas" transformistas lo dieron todo por el respetable, varios centímetros de carne incluidos.

Y mención especial cabe hacer a la carroza de "Super Mario" con un protagonismo especial para los más pequeños de la casa que se han vestido como ese superhéroe de la Nintendo.

Tres quads formaron los convoyes que desfilaron parroquia arriba para deleite de todos los presentes y encontrarse con los otros grupos de la parte alta del pueblo y que tardaron algo más en arreglarse.

Sumar también la carroza titulada "Bienvenidos a mi fiesta" con personajes de Disney que hizo las delicias de los muchos niños que se acercaron a la localidad para disfrutar de la tarde.

Con ese mismo ánimo continuó el último día de fiestas en el entorno de una plaza que se abarrotó de público cuando el calor empezó a bajar. Muchos esperaban a que la lluvia hiciera acto de presencia para refrescar la pista de baile pero otros prefirieron la "cabaña" para tomarse unas cervecitas.

En lo que todos coincidieron es en el ambiente de terraza para compartir un día especialmente familiar en el que las sobremesas son más largas que las de expresidente del Gobierno.

Por la noche, dos orquestas amenizaron el último día de San Roque, con la satisfacción de una comisión de fiestas que sudó para conseguir el presupuesto necesario. Aunque, al final, valió la pena.