Nélida Piñón dio un breve discurso en representación de todos los galardonados. Así, estableció una relación entre el vino albariño y el Santo Grial. "El Grial nos convierte en individuos excepcionales, que buscan un sueño", aseveró.

La escritora aludió a algunos recuerdos de infancia, y dijo que "cuando tenía entre diez y doce años, me fascinaba ver a los viejos tomar el vino. Parecían tomarlo con un sentimiento de que el vino los mantenía inmortales".

Nélida Piñón aseguró que en su casa de Brasil ya tiene albariños desde hace años, y que para ella, "el vino metaboliza la realidad de una manera más generosa". Recordó también a modo de anécdota una conversación entre los literatos Mario Vargas Llosa y Jorge Amado, quienes afirmaban que el poeta Pablo Neruda pertenecía a varias cofradías enogastronómicas. "Neruda creía que el vino era un bien de los dioses", concluyó la escritora, que fue ovacionada por el público.

El acto estuvo marcado por las altísimas temperaturas, pero se sobrellevó bien porque en esta ocasión el Capítulo Serenísimo desplegó una gran carpa que cubrió todo el patio, lo que permitió estar a cubierto a prácticamente todo el público.

Posteriormente, en la comida de Torrado, fue protagonista otra mujer, la pintora viguesa Menchu Lamas, que leyó el pregón. En él, aseveró que "trabajar la tierra también es hacer cultura. El vino viaja por todo el mundo, y allí donde va lleva nuestra cultura. El turismo del vino también es cultural".