La autovía de O Salnés, el tramo de cuatro carriles entre Curro y Sanxenxo, cumple diez años. Entró en servicio en julio de 2008 y desde entonces la circulación hacia la localidad turística recibió un notable impulso. En cambio, el trayecto hasta A Lanzada aún es, una década después, un grave "punto negro" ya que la vía rápida sin desdoblar, de dos únicos carriles entre Sanxenxo y A Lanzada no solo registra una significativa siniestralidad, sino que sobre todo, se convierte en una ratonera para los miles de conductores que en verano utilizan este insuficiente tramo de siete kilómetros.

Los largos atascos del pasado fin de semana, que se registraron en un sentido por la mañana y en el contrario hasta altas horas de la noche, son una constante en cada época estival pero en esta ocasión se han visto agravados por la instalación de un simple semáforo en Noalla para que crucen la PO-308 los peatonales que acuden desde A Revolta hasta la playa. Su paso constante provoca caos constantes en el corredor, cuyo desdoblamiento se exige desde hace años pero no da llegado.

No obstante, aunque se admite que este semáforo sí puede influir en las graves retenciones del pasado domingo, la razón principal que esgrime la Consellería de Infraestructuras es el incremento del tráfico en esa jornada con respecto a otros domingos de verano, que fue un 30% más elevado de lo habitual, hasta superar los 38.000 coches, el quinto dato más alto de los últimos cinco años.

Sin avances desde 2012

Aunque estas cifras demuestran que los dos carriles actuales son insuficientes, la consellería admitió ayer que aún habrá que aguardar por este hipotético desdoblamiento ya que los "exigentes requisitos medioambientales" del proyecto frenan su ejecución. La ubicación del tramo final en una zona de la Red Natura tiene paralizado desde hace años esta actuación. Al respecto, fuentes oficiales de la consellería aseguraron ayer que "continúa analizando todas las posibles actuaciones destinadas a mejorar la movilidad en esa zona, incluida la ampliación de la vía rápida entre Portonovo y A Lanzada, de forma compatible con la preservación de los valores naturales de ese entorno".

Sin embargo, puntualiza que "hay que tener en cuenta que se trata de una zona incluida en Red Natura protegida por diversas figuras de protección ambiental, lo que dificulta en gran medida la ejecución de nuevas infraestructuras eficaces y eficientes"

En 2012 llegó a exponer al público un proyecto de trazado tasado en 32 millones de euros, pero un informe de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza alertó tres años después, en 2015, de que aquel diseño afecta a un arroyo que desemboca en el complejo intermareal Umia-O Grove, en la ensenada de O Vao, un espacio integrado en la Red Natura, y exigió unas medidas de corrección que no encajaban en el proyecto original. El problema radica en el denominado Rego dos Mouros, un pequeño cauce en la parroquia de Noalla que ya es cruzado ahora por la actual vía rápida de dos carriles. Pero la ampliación de su anchura con dos calzadas más afectaría con mayor gravedad al arroyo y, con él, a la cercana área de Red Natura.

Seis años después de aquella exposición al público en 2012, el proceso sigue parado pese a las constantes demandas para desdoblar este tramo de siete kilómetros, una necesidad que se convierte en acuciante en verano pero que es permanente para los vecinos de O Grove ya que este vial es básico para sus accesos. Su alcalde, José Cacabelos, volvió a apelar ayer directamente al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para que se desbloquee su ejecución.

La respuesta autonómica, por el momento, no garantiza en modo alguno que se vaya a ejecutar y se limita a señalar que "continuará analizando las alternativas existentes para mejorar la movilidad en esa zona siempre en concordancia con la normativa ambiental y la necesidad de preservación de un entorno natural único".

Otras obras

Eso sí, asegura que "mantiene una atención permanente a las necesidades viarias de O Salnés, especialmente en la zona de Sanxenxo y A Lanzada, como demuestran las continuas actuaciones ya impulsadas". Cita al respecto "las sendas que completarán un itinerario seguro e integrado en el paisaje entre Portonovo y A Lanzada, la eliminación de los tramos de concentración de accidentes en dos tramos de la PO-308, o la mejora de la seguridad viaria en la PO-504, en el enlace de esta vía con la Autovía do Salnés", así como la futura urbanización de la calle Progreso en Sanxenxo.

Este tramo entre Sanxenxo y A Lanzada ha sido escenario de numerosos accidentes que incluso llevaron a adoptar medidas como la instalación de una mediana de cemento. Precisamente, el proyecto destinado a convertir los dos carriles actuales en una autovía de cuatro similar a la ya existente entre Curro y Sanxenxo, detallaba que uno de los objetivos de la actuación es mejorar "la seguridad vial y reducir la siniestralidad", además de "aumentar su capacidad y reducir la congestión en los meses de verano".

El diseño que elaboró en su época la Xunta para desdoblar la vía rápida rondaba los 32 euros y obligará a expropiar unas 600 fincas a ambos lados del vial. Se planteaba en 2012 la creación de cuatro carriles en los 6,5 kilómetros del corredor y en 500 metros más de la PO-308, hasta conectar con el tramo ya desdoblado hacia O Grove. El trazado propuesto "reproduce el ya existente en la vía rápida actual" y se diseñó como "una nueva calzada paralela a la existente por uno de los dos lados", alternativo según los tramos, en función de la menor afección a propiedades particulares. Se mantenían los enlaces ya existentes en la actualidad: Sanxenxo, Portonovo y Noalla", hasta la intersección con la PO-308 ya en A Lanzada.