Devolver el glamur turístico que durante años ostentó la isla de A Toxa (O Grove) es la pretensión con la que los socios del Beach Club han encarado la reforma de sus instalaciones deportivas. Así lo expone Javier Basagoiti, responsable del proyecto de restauración de las emblemáticas instalaciones del Club de Golf que reabren en plena temporada estival.

Las dos piscinas, una semiolímpica de 25 x 21 metros y otra olímpica de 50 x 25 son los principales atractivos que se ofrecen a los socios y a sus invitados, pero que a la vez podrán disfrutar de un espectacular campo reglamentario de croquet, tres pistas de tenis, una de pádel, un polideportivo para jugar al fútbol además de un gimnasio.

A ello hay que sumar la restauración del edificio del club, de 920 metros cuadrados, en el que además de las oficinas se ofrece un restaurante y una cafetería modernas para el máximo disfrute de los que acudan al recinto de ocio.

Todo ello en una superficie de 17.000 metros que ha sido recuperado tras varios lustros de abandono, como el que de forma paralela afectó a la isla más paradigmática del turismo nacional durante varias décadas.

Con estas obras se dignifican de nuevo las instalaciones además de incrementar el valor del campo de golf de nueve hoyos, construido sobre una superficie de entre dieciocho y veinte hectáreas de terreno.

Es precisamente el golf el que mantiene el tirón de este Beach Club pues a pesar del largo período de abandono que sufrió mantiene un capital de socios relativamente importante.

En estos momentos son 630 las familias que tienen carné del Beach Club, de las cuales un 70% son propietarios de casas y pisos en la isla grovense, por lo que las instalaciones se recuperan para mantener uno de los servicios de élite que desde siempre han buscado los residentes en el territorio insular grovense.

Pero además, para adaptarse a las exigencias de los nuevos tiempos, los responsables del Beach Club subrayan que se aprovechó la ejecución de este proyecto para realizar obras de accesibilidad con el fin de facilitar el acceso a las personas que sufran cualquier grado de discapacidad.

De este modo se abre el abanico de usuarios potenciales del Beach Club de A Toxa, sobre todo al permitir que puedan disfrutar de las instalaciones toda la familia.

Basagoiti reconoce que el principal reclamo que se ofrece a los socios son las dos espectaculares piscinas "que han sido recuperadas para su uso y que se encontraban en un estado casi de ruina", reconoce.

Disfrutar del paisaje es otra de las enormes posibilidades que el Beach Club ofrece a sus socios y que el buen tiempo resaltó en la fiesta de reapertura.