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El Areoso más didáctico

Los arqueólogos que revisaron el yacimiento de la mámoa 4 darán a conocer su trabajo y los hallazgos en dos charlas a celebrar en A Illa en próximas semanas

La mámoa 4 durante los trabajos de excavación realizados en el islote Areoso. // Noé Parga

Cómo se desarrolló la excavación arqueológica, qué restos se encontraron y cuál es su importancia serán solo algunas de las cuestiones que los propios arqueólogos que trabajaron en el islote Areoso entre los años 2016 y 2017 van a explicar a los vecinos de A Illa en las próximas semanas.

La actuación que realizó en su día la empresa Tomos S.L contemplaba la realización de una serie de charlas sobre el islote y su importancia histórica. Esas charlas serán dos, una en el instituto de A Illa orientada a los estudiantes del centro y otra en el salón de actos del Consistorio que estará abierta a todo el mundo.

Concello de A Illa y Consellería de Educación tratan ahora de cerrar las fechas de unas conferencias que, en el pequeño municipio arousano, se aguardan con mucho interés por los resultados que ha ofrecido y que pueden significar, en el futuro, la articulación de medidas de protección para el mismo. La encargada de impartir esas conferencias será la arqueóloga Patricia Mañana, responsable de las excavaciones realizadas en la mámoa 4 y que ya participó en un proyecto del CSIC y la Universidad de Durnham sobre el impacto del mar en yacimientos arqueológicos, donde también se estudió Areoso.

Entre las cuestiones que Mañana contará a los participantes en la iniciativa destacan una serie de hallazgos que, para la arqueología, han resultado de gran relieve. Destaca, sobre todo, la localización de una mandíbula, de procedencia humana, partida en dos mitades, que resultó pertenecer a una persona de la Edad del Hierro, con entre 2.500 y 3.000 años de antigüedad.

Este hallazgo está considerado por los arqueólogos como "excepcional" ya que la acidez de los terrenos en Galicia provoca la desaparición completa de los restos esqueléticos en la mayoría de los yacimientos y el de Areoso es uno de los escasos casos de personas anteriores a la época romana. La mandíbula está siendo analizada para determinar el sexo, la edad o la dieta que llevaba esa persona en la época en la que vivió.

La localización de estas dos piezas de mandíbula no se registró en el interior de la mámoa 4, sobre la que se actuó durante el verano de 2017, sino en el paleosuelo que existe en las inmediaciones en la primera toma de contacto que los arqueólogos mantuvieron con el islote, en diciembre de 2016. También de la misma época, los arqueólogos encontraron en la duna que rodeaba la mámoa 4 una fíbula datada en la Edad del Hierro, de un tipo que estuvo en uso hasta comienzos de la etapa romana, lo que constataría que, a finales de esta época, el islote continuaba siendo frecuentado.

El de la mandíbula fue el hallazgo más destacado, pero no el único. La excavación de la mámoa 4 permitió catalogar más de 1.000 fragmentos de cerámica, 200 objetos líticos, varios de metal, carbones, huesos de fauna y cerca de una centena de muestras de tierra y del contenido adyacente a la mámoa. Los restos más antiguos datados durante los trabajos son los del propio dolmen, al que se sitúa en la época del Neolítico. La estructura presentaba una cámara formada por ocho losas, varias de ellas rotas, con un pequeño corredor en forma de ese. En el interior de la cámara, en un estrato muy homogéneo, lo que indicaba que estaba intacto, apareció un vaso íntegro boca arriba, tal y como se depositó.

En él se apoyaban un par de hachas y una esfera de piedra. En ese estrato también se localizaron posibles evidencias de huesos humanos, aunque su fragilidad obligó a retirar la tierra y esos restos en un bloque compacto para ser analizados y excavados en el laboratorio.

Protección

Entre las cuestiones pendientes de llevar a cabo está la protección de la mámoa 4 de la erosión del mar, una acción que la Consellería de Cultura tiene previsto acometer a lo largo de este año. Esos trabajos también tendrán el objetivo de evitar la degradación de la duna que se sitúa en las proximidades del yacimiento megalítico. La Consellería también está trabajando en la digitalización de todo el yacimiento.

Otra cuestión a solucionar es la presión turística que soporta el Areoso desde hace muchos años, una presión que ha acelerado los cambios que sufre el islote y que amenaza con causarle daños irreversibles, además de amenazar los ricos bancos marisqueros que rodean este espacio. En este sentido, el Concello de A Illa y la Cofradía han luchado para conseguir que la Consellería de Medio Ambiente adoptase medidas tendentes a evitar la masificación de esta pequeña lengua de arena.

En un primer momento se decretó la norma de que las embarcaciones a motor deberían amarrar en un perímetro de boyas instaladas por la Cofradía, pero la intención es ir mucho más allá, restringiendo el acceso de personas al islote, tal y como se hace en lugares como las islas del Parque Illas Atlánticas o en la playa de As Catedrais.

La Consellería de Medio Ambiente está trabajando en ese camino tras una serie de reuniones con el Concello y el pósito isleño.

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