Pepe Barro estuvo ayer en Cambados, recogiendo datos y haciendo mediciones en Exposalnés, que es donde se ubicará la exposición del legado personal del poeta Ramón Cabanillas. Barro es un diseñador gráfico que ya ha trabajado para la casa museo de Rosalía de Castro, en Padrón, que ha dirigido proyectos sobre Curros Enríquez y Manoel Antonio, y que desarrolló la identidad corporativa de la Universidade da Coruña, Turgalicia o la Real Academia Galega. También fue el autor de los primeros "cuponazos" de la ONCE y de la camiseta de la selección gallega de fútbol.

-Ha recibido muchos elogios por el diseño de la casa museo de Rosalía de Castro en Padrón. ¿Irá el proyecto de Cambados por los mismos derroteros?

-Intentaremos que el resultado quede con la misma dignidad y que tenga la misma creatividad, pero cada proyecto es distinto. Tenemos que estudiar bien el legado, y ver también lo que hay fuera de ese legado que podamos reproducir o que nos puedan ceder para la exposición. Asimismo, hay que pensar que los documentos originales no se pueden exponer permanentemente. Los documentos que hay en la casa de Rosalía no son los originales, sino reproducciones. En el caso de Cambados recomendaré que se exponga solo la documentación original durante los dos o tres primeros meses de funcionamiento, y que después se cambie por reproducciones facsimilares para evitar su deterioro.

-En el museo de Rosalía ha hecho una apuesta por crear una exposición muy visual.

-Las exposiciones son un género en sí, como lo es una película, una novela o un poema. En Cambados habrá que reforzar la exposición de ese legado con imágenes grandes, ampliadas, con un documental de entre 10 y 15 minutos. El objetivo es que el visitante viva la exposición como una experiencia física, que cautive su emoción, ser capaces de transmitirle un perfume, conseguir que la persona salga con ganas de comprar un libro de Cabanillas.

-¿Y cómo describiría ese perfume de Cabanillas?

-Hay que ahondar en él. Cabanillas es un autor muy diverso, que va desde la poesía de combate hasta la religiosa. Es un hombre que ha sido fundamental en muchos periodos de la historia de Galicia.

-¿Qué imagen de Cabanillas le gusta más? ¿La del poeta joven con sombrero Panamá o la del mayor con boina?

-Hay que ir a una imagen de Cabanillas más joven. La gente tiene en la memoria al Cabanillas de los años 50, pero esa imagen no transmite la inmensa fuerza y la popularidad que Cabanillas tuvo en su día en Galicia.

-¿Es contraproducente entonces la escultura del Cabanillas ya mayor que está sentado en la Praza do Concello?

-Todos los Cabanillas forman parte del sueño colectivo, y esa escultura no molesta para nada. Otra cosa es el futuro centro museográfico, que debería transmitir otra imagen del poeta.

-¿Exposalnés seguirá llamándose Exposalnés?

-Parte de nuestro trabajo consiste precisamente en buscar un nombre al centro acorde con lo que sea en el futuro, y en ese nombre tiene que figurar Ramón Cabanillas.

-¿Qué papel va a jugar la casa natal de la calle Novedades, que es donde estuvo hasta ahora el museo?

-El valor de esa casa es su exterior, las cuatro paredes. En el interior no se conserva nada original, e incluso se hizo una obra de reforma desafortunada. Ni siquiera los muebles que hay tienen que ver con Cabanillas, y algunos tienen polilla. Ahora tenemos un espacio magnífico en el Paseo da Calzada donde Cabanillas puede brillar, y mi recomendación será dejar la casa natal como un lugar simbólico reservado para ocasiones muy especiales. Eso sí, habría información en el exterior. Creo que en estos momentos, tal y como está la economía de los concellos, es la opción más recomendable. En cualquier caso, se trata solo de una propuesta.