Esta Navidad no habrá vieira fresca de la ría de Arousa en las mesas. Y si la hay, no será de curso legal. La empresa Porto de Cambados y la cofradía de pescadores de esta localidad han decidido que en lo que queda de año la flota no extraerá vieira debido a la escasez de recurso de tamaño comercial. Un enorme varapalo económico para el sector pesquero de la localidad y para la empresa comercializadora, cuyo socio mayoritario es la cofradía de pescadores.

Desde que a principios de este siglo la cofradía de Cambados inició la extracción de vieira con un plan experimental, solo se suspendió la campaña de Navidad en dos ocasiones, ambas debido a la persistencia de la toxina amnésica. Este año se suspenderá por tercera vez, algo que no sucedía desde 2011. "Hay poco producto, y las expectativas son muy malas, con lo que vamos a dejar descansar la especie", declaró ayer Mar Ambroa, gerente de Porto de Cambados y responsable del área de comercialización en la misma.

"Para la empresa y para el sector es un golpe muy importante, pero es lo que tenemos que hacer. Tenemos que apostar por la calidad y por la sostenibilidad. Creo que nos compensa hipotecar una campaña en vez de poner en riesgo después tres o cuatro años", añadió.

La cofradía de Cambados empieza a realizar los muestreos para medir la eventual presencia de toxina en la vieira en otoño. Los últimos años, la extracción de este molusco bivalvo se iniciaba después de comenzadas las campañas de la volandeira y el centollo. Y así se presuponía también que sería este ejercicio. Pero cuando se hicieron los sondeos y se vio que apenas salían a la superficie ejemplares de tamaño comercial (11,5 centímetros) saltaron las alarmas.

Los malos presagios se cumplieron, y se tomó la difícil decisión de no sacar vieira durante este mes de diciembre. La decisión ya ha sido refrendada por la cofradía y se le ha comunicado al Intecmar, instituto encargado de realizar los muestreos de toxinas.

En cualquier caso, Mar Ambroa señala que eso no significa que no vaya a haber vieira de la ría de Arousa a partir de febrero o marzo de 2018. "Lo que sí se ve es bastante cría, con lo que intentaremos ir a pescar entre finales de enero y principios de febrero". El objetivo de esa campaña sería la de almacenar algún producto para que Porto de Cambados pudiese atender algunos pedidos en verano. Y es que en estos momentos la empresa ha agotado toda la vieira de Cambados.

"Los clientes lo entienden. Están llamando constantemente para preguntar cuándo vamos a empezar a vender vieira, y les contamos lo que pasa. Ellos lo entienden, y nos dicen que en cuanto tengamos vieira gallega, que los llamemos".

La salida a Porto de Cambados podría ser la comercialización del marisco de otras rías, siempre y cuando la toxina bajase en estas lo suficiente para permitir la extracción, algo que no siempre ha sucedido en los últimos años. Así, también hay vieira en las rías de Ferrol y Vigo, aunque ninguna de ellas cuenta con el prestigio de la que goza la de Arousa. De ésta, solo la puede vender Porto de Cambados.

Esto implica que si la Xunta de Galicia no da vía libre a la comercialización del marisco de las demás rías, y el consumidor se encuentra en diciembre vieira fresca, será de pesca ilegal. El consumo de ese marisco implica un riesgo para la salud, pues se trata de un producto sin depurar ni eviscerar, y procedente de unas aguas en las que podría haber una concentración alta de toxina.

Sin empleos

Que no haya vieira esta Navidad supone también una mala noticia para la veintena de personas que otros años eran contratadas para los trabajos de evisceración, que se llevan a cabo en una depuradora de Tragove. También perderán dinero los distribuidores del marisco con los que trabaja Porto de Cambados, y esta misma firma verá como se esfuma su principal fuente de ingresos anual. De hecho, la campaña de Navidad supone un 40 por ciento de su facturación anual.

Lo que suceda entre enero y febrero próximos será también decisivo para el futuro de las jornadas de exaltación de la vieira, que tienen lugar a mediados de julio. Esta fiesta ya estuvo en la cuerda floja algún verano debido a la escasez de capturas, y podría darse la circunstancia de que la campaña del invierno de 2018 -si finalmente la hay- incluso fuese peor que las precedentes.

La extracción de vieira lleva varios años disminuyendo, aunque la caída empezó a ser mucho más acusada desde 2014. El invierno pasado parecía que se daba una ligera recuperación, pero fue un espejismo. "Los últimos días, a la gente ya le costaba mucho coger los topes", remacha Ambroa.