Bruno Díaz López es el director del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), un centro de investigación y formación centrado en la ecología y comportamiento de los cetáceos, con sede en O Grove. Fue él quien relató a FARO DE VIGO el episodio de "infanticidio" protagonizado el domingo en Arousa por un grupo de delfines, provocando la reacción de una hembra que conmocionó a la población y a los propios biólogos. Como se explicaba ayer se trata de casos únicos o raramente documentados a nivel mundial, de ahí la trascendencia del avistamiento y del papel desempeñado por BDRI.

-Cuente exactamente qué sucedió en aguas de Rianxo.

-Pues algo muy raro y difícil de ver que confirma un infanticidio entre delfines y muestra el interés o aflicción de estos animales cuando pierden a sus semejantes, en este caso el de una madre ante la pérdida de su cría. Se estima que la hembra permaneció alrededor de la cría, una vez fallecida, durante más de doce horas, y en repetidas ocasiones trató de alejar el cuerpo de la cría de los machos que acabaron con su vida, llevando a su hijo sobre el lomo durante largos periodos de tiempo. Además vimos como la madre empujaba la cabeza de su cría hacia la superficie, como tratando de que saliese a respirar, un comportamiento análogo al observado en los delfines mulares tras el parto, cuando las madres ayudan a sus crías a salir a respirar por primera vez.

-¿Había visto algo así anteriormente?

-He realizado publicaciones y estudios acerca del infanticidio en delfines en el mar Mediterráneo, durante mi trabajo de más de 15 años en Cerdeña, donde pude observar cómo una de las principales razones de dicho comportamiento radica en la eliminación de la cría de un macho ajeno. De esta forma, un macho consigue que la madre vuelva a ser fértil antes, con lo que aumenta las probabilidades de engendrar descendencia con ella, en ocasiones pocas semanas después del infanticidio. Pero no, en mis quince años en aguas italianas nunca pude presenciar una observación tan interesante, y eso que daría lo que fuera por haberlo logrado

-¿Pero de verdad es tan importante este avistamiento?

-Desde luego, y de hecho vamos a publicar un artículo científico exclusivamente centrado en esta observación. Tiene un enorme valor porque en un mismo episodio hemos podido presenciar tres fenómenos tan especiales como poco frecuentes, el del infanticidio, con casos documentados únicamente en Grecia, Escocia y una pequeña población de Estados Unidos; el episodio que representa la riqueza de ver a una madre desconsolada peleando por salvar a su hijo, algo solo constatado en Grecia y hace un par de años en Arousa; y por último la posibilidad de recuperar el cuerpo y practicar una necropsia que nos permitiera determinar las causas de la muerte y estudiar mejor a esta especie. Hay que tener en cuenta que en los casos de infanticidio siempre queda la duda porque normalmente el cadáver se hunde y desaparece, perdiéndose toda posibilidad de confirmar que los golpes propinados por los adultos son la causa verdadera de la muerte. Esta vez sí se pudo determinar que, efectivamente, el fallecimiento se debió a los golpes y fracturas provocados por los dos machos.

-Lo sucedido ha provocado una importante reacción social... ¿qué le parece?

-Todo lo que sirva para que la sociedad se implique en temas medioambientales y se conciencie sobre la necesidad de preservar el hábitat es importante. Ahora bien, en este caso tengo que decir que cuando hablamos de infanticidio la primera reacción que surge en nuestras mentes es de rechazo. La idea de un ser fuerte deshaciéndose de una criatura apenas nacida y débil resulta difícil de entender. Sin embargo, aunque parezca aborrecible desde los cánones humanos, en el reino animal esta conducta se produce con más frecuencia de la que imaginamos y tiene, como todo en los sistemas ecológicos, una función específica

-¿Y ahora qué?

-Pues ahora solo queda esperar. No hemos podido salir al mar con nuestro barco de observación y seguimiento, en el que monitorizamos a los delfines de la ría y estudiamos su comportamiento, debido al mal tiempo. En cuanto las condiciones mejoren haremos un estrecho seguimiento tanto de los dos machos responsables del infanticidio como de la hembra que perdió su cría. A buen seguro permanecerán los tres juntos durante las próximas semanas porque los machos querrán impedir que otros copulen con ella.