Los biólogos no dan crédito a lo que han podido observar y estudiar en la ría de Arousa. Sucedió el domingo y va a servir de base a estudios e informes científicos que se presentarán en próximos días y tendrán repercusión mundial, ya que se trata de un ejemplo claro de "infanticidio" entre delfines y de la reacción "casi humana" de la madre, ya que permaneció durante horas al lado del cadáver de su cría muerta, tratando de mantenerla a flote y reanimarla.

Lo que sucedió, básicamente, fue que dos delfines machos en edad adulta la emprendieron a golpes hasta la muerte con una de las crías nacidas este verano en la ría, se cree que con el propósito de que la hembra, al perder a su retoño, pueda entrar antes en la época de celo, lo cual permitirá el apareamiento a los arroaces autores de la agresión mucho antes de lo previsto, pues en caso contrario tendrían que esperar al menos tres años.

Lo que más llamó al atención a los biólogos, hasta el punto de emocionarlos, fue ver cómo aquella hembra trataba desesperada e infructuosamente de mantener con vida a su cría agonizante.

Todo esto alcanza relevancia internacional porque en todo el mundo apenas se han documentado media docena de casos de "infanticidio" entre delfines, y porque pocas veces antes se había visto a una hembra de esta especie cuidar de este modo a su cría muerta, con un comportamiento propio de humanos que sí se ha sido visto en otros animales, como los gorilas o los elefantes.

Para entender todo esto hay que aludir al Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por sus siglas en inglés), un centro que se dedica a la investigación y formación en el estudio de la ecología y comportamiento de los cetáceos, tanto delfines como ballenas.

Este servicio formativo y divulgativo con base en O Grove, dirigido por el biólogo Bruno Díaz, lleva años estudiando los arroaces en las Rías Baixas, y particularmente en Arousa, con ayuda de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma).

Pues bien, lo que sucedió, en palabras del propio Bruno Díaz López, fue que el domingo, cuando en Rianxo se celebraba la procesión marítima de las fiestas de Guadalupe, alguien alertó de que a la altura de este municipio había un delfín juvenil muerto.

Inmediatamente se desplazaron al lugar efectivos de BDRI y Cemma que pudieron observar la presencia de un grupo de arroaces, entre ellos una cría muerta, su madre y dos machos adultos.

"Estuvimos observando a la madre durante horas mientras intentaba mantener a flote a su cría", explican los biólogos, aunque se desconoce cuánto tiempo llevaba haciéndolo antes de que llegaran.

Bruno Díaz, quien recuerda que en Grecia ya se vio algo parecido hace años y que se ha repetido solo "tres o cuatro veces en todo el mundo", esgrime que "daba la impresión de que la madre rechazaba la muerte y tenía sentimientos, como negándose a asumir que su cría ya no vivía".

Tras presenciar aquella escena "emocionalmente impactante", Bruno Díaz señala que "era un comportamiento visto antes en especies animales como los elefantes, pero desde luego muy humano, ya que la hembra trataba de mantener a su cría a flote y se negaba a asumir que estaba muerta".

Cuando finalmente los adultos lograron alejar a la hembra y abandonaron el lugar, los biólogos de BDRI recogieron la cría y en Cemma le practicaron la necropsia, llegando a la conclusión de que los dos adultos la habían matado. "Puede que apenas se documentaran cinco casos de infanticidio entre delfines a nivel mundial", y esta vez parece que no hay duda alguna, ya que la necropsia demostró que el pequeño delfín murió de una auténtica paliza. Y es que presentaba "numerosos hematomas internos y múltiples roturas vertebrales, principalmente con serios daños en el hígado, rotura de costillas y dislocación de vértebras lumbares y a nivel occipital", lo cual demuestra que los machos lo destrozaron mientras la hembra trataba de protegerlo.

Bruno Díaz añade que en un caso anterior registrado en Grecia una madre estuvo al lado del cadáver de su cría durante una semana. Él mismo, durante sus estudios en Italia, vio como las hembras abandonaban a sus crías tras fallecer. "Lo que pudimos ver el domingo, con esta hembra tratando de salvar al pequeño delfín, subiéndolo a su lomo y procurando que no se hundiera, es algo realmente impactante que dará mucho de qué hablar", resaltan en BDRI.

Y el biólogo apostilla que "todo indica que los machos quisieron cargarse a la cría para que la hembra entre antes en celo y poder copular con ella", ya que de lo contrario tendrían que esperar tres o cuatro años, hasta que el pequeño arroaz abandonara a su madre.

Sea como fuere, por cruel que esto pueda parecer, "en el reino animal este tipo de conductas suceden con más frecuencia de la que imaginamos y tienen, como todo en los sistemas ecológicos, una función específica", concluye Bruno Díaz.