Carril se convirtió en uno de los epicentros del ocio vinculados al mar y al medio ambiente durante este verano. La empresa Corticata y el concello de Vilagarcía se pusieron de acuerdo para realizar, los miércoles y sábados, visitas turísticas a la isla de Cortegada que permitieron a los 700 visitantes, procedentes de todo el país pero sobre todo de A Coruña, conocer un poco mejor el litoral vilagarciano y el archipiélago protegido de Cortegada.

A esta cifra se sumó ayer un amplio grupo de visitantes que sumaron más de 60 personas. El grupo más numeroso de la jornada, con unas 40, estuvo integrado por miembros de la asociación de padres de alumnos del colegio público de Rubiáns, cumpliendo con una excursión que fue suspendida hace unos meses por culpa del mal tiempo. En esta ocasión tuvieron una tarde especial para disfrutar de la isla.

"Las visitas duran alrededor de dos horas y media" explicó Luis Gómez de Corticata y en ellas, se transportan alrededor de diez turistas desde el pantalán de Carril. Al poner el pie en Cortegada, tras una travesía alrededor de dos minutos, el panorama comienza a cambiar. Los visitantes empiezan la ruta a pie acercándose al antiguo poblado. Allí, los árboles dominan el paisaje y regalan su sombra a la compañía, que realiza un cómodo paseo por el litoral sur donde el terreno es prácticamente llano.

Después de ver las ruinas de la vieja capilla de los Milagros, a donde hace siglos los peregrinos de Santiago se acercaban en busca de ayuda divina, los visitantes se adentran en el bosque plagado de diferentes especies arbóreas. Primero pinos, después robles, cerquiños y laurel y, por último, el eucalipto que continúa extendiéndose más cada año que pasa. Pero lo que más asombra, está cerca del corazón de la isla, donde alberga el famoso árbol "comepiedras".

En un entorno natural, no es de extrañar que aparezca algún que otro animal en el camino. Y, como explica Luis Gómez, "aunque intenten ocultarse, se ve que cada vez su presencia es mayor". Especies como jabalíes o nutrias, que estuvieron años sin habitar la isla, han vuelto para quedarse y a ellas, hay que sumar cabras, insectos y aves.

La visita termina con la vuelta al poblado donde se reserva un tiempo para que los turistas puedan refrescarse en cualquiera de las calas o resguardarse bajo un árbol esperando por el barco que les traiga de vuelta al continente.

Pero, sabedores de que el verano es el gran momento para las Illas Atlánticas, Parques Naturales e Islas Atlánticas, están desarrollando otras actividades pensadas para llamar la atención sobre el archipiélago vilagarciano. Una de ellas, fue la limpieza de la isla en la que treinta jóvenes consiguieron recoger 206 kilos de residuos. La empresa también ha realizado un campamento medioambiental promovido por el Ayuntamiento para concienciar a los adolescentes que lo integraban de la importancia de cuidar el entorno que nos rodea. A través de visitas en galeón, actividades en kayac e incluso anillamiento de pájaros de la mano de un biólogo experto en la materia, los jóvenes del campamento pudieron conocer otra perspectiva de la localidad en la que viven.

Pero aparte de un maravilloso paraíso, Cortegada alberga, en su reducido tamaño, una gran historia. La isla estuvo habitada hasta finales del siglo XIX fecha en la que sus habitantes fueron expulsados para que el lugar que habitaban pasase a las manos de Alfonso XIII quien barajó la posibilidad de construir allí su residencia de verano. Nunca se construyó tal residencia sino que el rey prefirió Santander como lugar de destino donde levantó el Palacio de la Magdalena. La isla volvió a estar en peligro una vez más en la década de los 80 cuando el heredero, Juan de Borbón, la vendió a una inmobiliaria y la decidida defensa de los grupos sociales y organizaciones ecologistas evitaron que fuera pasto de ladrillo y se convirtiera en una sucesión de urbanizaciones de lujo. Aún así, habría que esperar al 2007 para que la isla volviese a manos de los vecinos de Carril, convertida en un riquísimo paraje natural.

Luis Gómez se muestra muy satisfecho con el interés y la demanda que han generado las actividades este año por lo que aparte del programa de Cortegada, la empresa ha decidido ampliar su ratio y realizar algunas actividades en las dunas de Corrubedo y un aula medioambiental en la ciudad de Pontevedra.