Ribeira tiene su paseo, pero Con Negro no

El sendero litoral entre Touro y Ameixida sigue siendo el ejemplo a seguir en O Grove

El sendero ribeirense discurre por una fachada litoral similar a la de Con Negro. // FDV

El sendero ribeirense discurre por una fachada litoral similar a la de Con Negro. // FDV

O Grove

Hace semanas se daba cuenta de la construcción de un sendero litoral de madera en el municipio arousano de Ribeira, y más concretamente entre Touro y Ameixida. Se decía entonces que era un ejemplo a seguir en O Grove, donde hace ya muchos años se proyectó una solución similar para dar continuidad al paseo de Pedras Negras-Con Negro y sortear la batería militar de San Vicente, favoreciendo el acceso a una de las zonas vírgenes de mayor belleza en la localidad.

Ahora puede decirse que el trazado ribeirense, una vez realizadas las pruebas de carga y a falta de pequeños retoques, está listo. La finalización de esta obra ha desatado la satisfacción de los ribeirenses, como puede comprobarse en las redes sociales, y la del propio alcalde, el conservador Manuel Ruiz.

Ribeira tiene su paseo, pero Con Negro no

Ribeira tiene su paseo, pero Con Negro no

Pero en O Grove habrá que seguir esperando. Las dificultades para obtener todos los permisos, sobre todo en el Ministerio de Defensa y Costas, ha retrasado este proyectado sendero mucho más de lo deseado. Tanto es así que la idea surgió del conservador Miguel Pérez en su anterior etapa como alcalde (1999-2007). Aquel proyecto, que llegó a darse a conocer a través de FARO, también contó con el respaldo del socialista José Cacabelos cuando éste fue regidor de la localidad, en el mandato 2007-2011. Y de nuevo Miguel Pérez, desde las elecciones de 2011 hasta la actualidad, tuvo su construcción en cartera, pero sin lograr avanzar en su ejecución.

Así pues, está claro que ni con "gobiernos amigos" de unos y otros en la Xunta y en Madrid, ni sin ellos... grovenses y visitantes superan un mandato más sin ver cómo se amplía ese concurrido trazado que serpentea entre grandes rocas de caprichosas formas y sobre pequeñas calas en la fachada atlántica de la península grovense.

Es indudable que la zona militar restringida y las concertinas que la delimitan parecen un obstáculo más difícil de superar de lo que se creía inicialmente, y eso que la batería militar juega ya un papel meramente decorativo. Retranquear las vallas metálicas unos metros y favorecer la construcción del paseo se antoja algo sencillo... pero ni con esas.

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