Tras los pasos de la Bretaña y otras regiones de Europa que preservan la sabiduría de la construcción naval en madera

El CICRI nace para "divulgar los contenidos del oficio (de los astilleros y la carpintería de ribera), su evolución y su historia entre una sociedad que puede disfrutar del enriquecimiento que supone reforzar los vínculos con los que se construyó; además de enseñar a las nuevas generaciones este oficio artesanal, para que el olvido no transforme un arte en una pieza de museo".

Así consta en el proyecto de este centro, al igual que se marca el objetivo de "investigar nuevas formas de enfocar el trabajo, alcanzar nuevas cotas de mercado y hacer que la carpintería de ribera avance al mismo ritmo que los tiempos actuales".

Según el arquitecto Pedro Taboada de Zúñiga Campos, "países de la costa atlántica europea como la Bretaña francesa, están absolutamente volcados en el estudio, registro, divulgación, proyección y disfrute de la sabiduría de la construcción naval en madera". En esos casos, al igual que en proyectos de otros países europeos, se trata de "ligar, coordinar y reforzar los conocimientos sobre este oficio", favoreciendo "el contacto, la puesta en común, el intercambio y la comunicación a la sociedad de los esfuerzos por sobrevivir de todo lo relacionado con las embarcaciones tradicionales".

En definitiva, que con el CICRI que va a construirse en O Corgo se intenta combatir el "desconocimiento" de un oficio tradicional como el de la carpintería de ribera y mantener vivo su espíritu en beneficio de la cultura marítima y de generaciones venideras.

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