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Mejillón de Galicia apela a la recolección de la mejor cría para obtener molusco de calidad

El Consello Regulador destaca la importancia y complejidad del proceso de "raspado" de la mejilla que se lleva a cabo en el litoral -Se extiende hasta finales del mes que viene

Recolección de mejilla en el litoral atlántico de San Vicente de O Grove. // Iñaki Abella

Tal y como había avanzado FARO DE VIGO, en Galicia corren tiempos de recogida de mejilla en las rocas del litoral. En el Consello Regulador do Mexillón son conscientes de ello y de la trascendencia de tan arriesgada operación, como también saben que la obtención de la mejor cría ayuda a lograr finalmente un producto de mayor calidad, capaz de diferenciarse del molusco de otras latitudes.

El órgano que dirige Francisco Alcalde aprovecha su último boletín informativo para incidir, precisamente, en la trascendental campaña de cría que se desarrolla en unas rías que se convierten de manera natural en una "hatchery", es decir, un inagotable criadero.

Hay que tener en cuenta que "en la costa gallega se producen millones de kilos de mejillón cada año". Esto se debe a que "en primavera surge en el mar una explosión de vida", de tal modo que el mejillón "lanza sus células reproductoras, que navegan con las corrientes y se transforman en larvas que poco a poco van tomando forma de mejillón y buscan superficies adecuadas para su fijación". Es así como la cría invade las rocas, sobre todo en zonas de mar batido, compartiendo espacio con un producto tan codiciado como el percebe y poniendo las cosas ciertamente difíciles a los bateeiros, que deben proceder a su recolección mediante el empleo de "raspas" con las que retiran la semilla de las piedras.

Desde diciembre hasta finales de abril el sector aprovecha las "secas" -episodios de bajamar acusados- para acceder a la cría -mejillones de uno o dos centímetros- que traslada a la batea o los barcos auxiliares para confeccionar las "cuerdas de semilla". En este proceso de "encordado", la mejilla "se envuelve sobre la cuerda con la ayuda de una red fina biodegradable de rayón que da al mejillón el tiempo suficiente para que se 'embise' sobre la cuerda". Y será dentro de cuatro o seis meses "cuando el mejillón alcance los 4,5 o 5,5 centímetros y se proceda al desdoble", es decir, a "subir las cuerdas de semilla para confeccionar otras nuevas, de menor densidad". Se hace para distribuir el peso y evitar desprendimientos, de forma que una cuerda de cría puede generar dos o tres más, con un mejillón que tendrá espacio para seguir creciendo hasta alcanzar el tamaño comercial.

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