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La "dama del Ulla" reaparece en las nasas butrón

La pesca de lamprea en el Ulla parece recuperarse esta semana tras un inicio de temporada pésimo

Dos pescadores de lamprea largan sus nasas butrón a las aguas del Ulla, en Pontecesures. // Noé Parga

La "dama del Ulla" ha vuelto. La preciada lamprea había brillado por su ausencia desde que con el nuevo año comenzó la temporada, pero en los últimos días se ha tornado más abundante, para deleite de sus más fieles seguidores culinarios y satisfacción plena del colectivo de pescadores, los llamados valeiros que afiliados a las cofradías de Carril y Rianxo operan desde el muelle de Pontecesures con sus lanchas cargada de la tradicional nasa butrón.

Los pescadores consultados ayer sostienen que después del "horrible" inicio de campaña que han padecido, "el aumento del caudal del río, registrado durante los días pasados gracias a las lluvias e incluso las nevadas, nos ha beneficiado". Sobre todo porque el más alto nivel del agua ha estado asociado a un deseado régimen de vientos de componente norte que propician la remontada fluvial que debe realizar este prehistórico y cartilaginoso pez antes de desovar.

"Estos días hemos pescado bastante bien, aunque mucho nos tememos que con el nuevo temporal que se avecina, a partir del domingo, las cosas van a volver a empeorar", reflexiona Pepe, uno de los valeiros con mayor experiencia entre la flotilla dedicada a la lamprea, prácticamente la misma que se dispone a comenzar también la captura de anguila en el cauce fluvial.

En cuanto a los precios del producto, que es otro dato a tener muy en cuenta, cabe indicar que están bajos, mucho más bajos que en campañas pasadas.

Los ejemplares grandes de lamprea -en el caso de esta especie se paga por pieza, no por kilo- se venden a unos 30 euros, mientras que las lampreas medianas se despachan a 20 euros, o incluso puede que a menos; depende del pescador y de las capturas del día.

Aquellos que quieran comprobarlo y se dispongan a darse un homenaje gastronómico saboreando este manjar -sobre todo si se trata de lampea a la bordelesa, con su arroz y sus picatostes- pueden dirigirse al punto de venta habilitado en la plaza de abastos pontecesureña.

Y tanto esos amantes de la buena cocina como el público en general pueden pasearse cualquier mañana por la zona portuaria de Pontecesures para disfrutar del espectáculo que ofrecen los valeiros mientras largan y levantan sus aparejos.

Las nasas butrón se depositan en el fondo del río con maestría, aunque a veces esta maniobra parezca desafiar a la lógica y resulte casi incomprensible que las corrientes no las conviertan en un amasijo de red. Al día siguiente, antes de volver a largar los aparejos, se levantan con el mismo esmero, siendo posible divisar estas acciones a escasos metros, en algunos tramos del paseo prácticamente como si el observador estuviera justo encima de las embarcaciones.

Vale la pena explicarlo, porque la escena se lo merece, aunque son ya muchos los ciudadanos que se acercan a las orillas del Ulla para seguir con la mirada tanto a los valeiros como el retorcido movimiento de las lampreas cuando llegan a cubierta, camino del plato.

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