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Un diagnóstico para el patrimonio

La práctica totalidad de las piezas de arte están catalogadas en fichas manuscritas pero se trata de un registro superficial en el que no se valora el estado en que se encuentran

El espectacular retablo de la capilla de Dimo (Catoira), está incluido en el catálogo. // Iñaki Abella

Actuar a tiempo sobre el patrimonio histórico debería ser una de las prioridades de la administración para conservar ese amplísimo acervo cultural que guarda el territorio de Galicia.

De ahí que los expertos reclamen una mejor accesibilidad a la documentación sobre las obras que se conservan, tanto en museos, como en iglesias, pazos y otros edificios de carácter público y privado.

En estos momentos, la mayor parte del patrimonio artístico está celosamente catalogado, aunque la mayor parte de las obras están inscritas en fichas por lo que el acceso a las mismas resulta muy laborioso.

De ahí que los expertos consideran que es preciso acometer cuanto antes una digitalización de todos estos ficheros, lo que permitiría una rápida búsqueda de cualquier obra que se encuentre en uno de los 313 municipios de Galicia.

Los restauradores creen que es una labor que se debe hacer cuanto antes pero proponen que a esas fichas digitalizadas se incorpore información sobre el estado de cada una de las piezas que conforman el patrimonio histórico.

Así lo entiende el presidente de la CRG (Asociación de empresas y profesionales de la Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia), el cambadés José Manuel Rey Aguiño, quien subraya que son muchas las obras de arte que sufren un grave deterioro, tanto por la humedad del ambiente como por la presencia de xilófagos, en especial las voraces termitas.

Aguiño recalca que en Galicia "hay una valoración superficial de las obras" por lo que se precisa un estudio detallado acerca de su conservación, con el fin de actuar cuanto antes en aquellas que sufran un mayor deterioro por el paso del tiempo.

Este deterioro ha provocado la desaparición a lo largo de los siglos de numerosas piezas de indudable valor y en O Salnés también se da. Póngase como ejemplo la desaparición hace ya años de un retablo de la iglesia de San Benito de Cambados, del que solo se conservan hoy dos columnas de madera.

Hace unos días también se retiró el Cristo del altar de las ruinas de Santa Mariña, cuyo estado de conservación es tan delicado que a punto estuvo de desintegrarse. Cierto que esta pieza, de 1904, sufrió casi un siglo a la intemperie por lo que la humedad y los insectos la han dejado en evidente peligro.

Pero a la vez hay que tener presente otra evidencia. La mayor parte de las obras pictóricas y de escultura se encuentran en las iglesias, una institución que pasa por una auténtica debacle demográfica pues la media de edad de los sacerdotes es de 77 años.

Quiere ello decir que en un plazo de cinco o diez años, la mayor parte de las parroquias van a quedar desatendidas y por tanto abocadas al abandono.

Sin duda, no es lo mismo que los templos abran todas las semanas que solo lo hagan una vez al mes o como ocurre ya en muchas de ellas, solo el día del patrón, es decir una vez al año.

En este caso, no solo el deterioro por el paso del tiempo y la acción de los insectos puede acabar con este patrimonio en pocos años, sino el problema del expolio ya que las iglesias van a resultar mucho más vulnerables.

De ahí que los restauradores y otros expertos hagan un llamamiento a los ayuntamientos para que también tomen cartas en el asunto y se preocupen por todas estas joyas que conservan en las iglesias, aunque solo sea por simple responsabilidad. Cabe recordar que el turismo cultural es una de las principales bazas para promover la economía local.

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