La importancia del poblado de Besomaño se observa no solo en la densidad de su estructura como urbe sino también en las valiosas piezas que se han podido desenterrar a lo largo de los tres años de excavaciones.

Aunque las cerámicas decoradas, las fíbulas o broches labrados, las armas y herramientas aportan una enorme información a los historiadores -se extrajeron más de 150.000 piezas-, el hallazgo más relevante se encontró en la croa cuando se descubrió una olla de bronce con remaches que debió ser usada en ceremonias, quizás religiosas.

Asimismo, se localizó en esta zona una dolabra romana, recientemente recuperada y que se expone ya en el Museo de Pontevedra.

Pero además de vasijas y otras piezas de interés, el Monte do Castro también guarda otras reliquias, como una pared de pajabarro de una de las cabañas, que todavía no se pudo extraer del lugar por lo que está protegida con una cubierta de madera, un material que como el geotextil o la malla de nylon, es perecedero.