El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo insistió ayer en su compromiso con la ampliación del Hospital do Salnés, cuya licitación compromete ahora para "este verano", junto con otros ocho centro de salud de Galicia.

El anuncio fue parco durante una conferencia de prensa previa al Consello de la Xunta y poco antes de emprender un viaje a Japón, pero se convierte en una bomba de oxígeno para las aspiraciones de los vecinos de O Salnés.

Con todo, el escepticismo es máximo pues no es la primera vez que Feijóo anuncia la licitación de este proyecto, la última cuando aseguró que dicho trámite se celebraría en febrero.

Ramón Barreiro, portavoz de la junta de personal del Hospital do Salnés admite que el anuncio le da cierta "tranquilidad y satisfacción porque llevamos muchos años reivindicando esta actuación".

El sindicalista espera que la promesa sea firme y entiende que todavía hay tiempo para cumplir con los plazos, no en vano la obra debería concluir antes de enero de 2016 para que sea subvencionada por medio del plan europeo, Feder 2007-2013.

Menos crédulo es el presidente de la Mancomunidade con el proyecto pues recuerda que el tiempo se echa encima y no está dispuesto a participar en los actos de colocación de una primera piedra "a dos meses de unas elecciones municipales".

Durán entiende que si la obra se licita en verano, toda la burocracia que se cierne a su alrededor impide que se adjudique antes de las próximas Navidades, por lo que muestra su satisfacción por el hecho de que los terrenos se usen ahora como aparcamiento.

El anuncio de la ampliación del Hospital coincidió con una nueva jornada de protesta del personal sanitario de O Salnés contra los recortes.

Ayer, medio centenar de trabajadores participaron en la "concentración de deitados" que se convocó en todos los centros sanitarios públicos de Galicia.

Se trata de hace ver su descontento con el cierre de camas durante el verano que, en el caso de O Salnés, afecta a veinte plazas y en el Complejo Hospitalario de Pontevedra a otras cien.

La protesta se desarrolló en el vestíbulo del centro de Ande, donde se volvió a leer el manifiesto en contra de la política de recortes que promueve Núñez Feijóo y la conselleira Rocío Mosquera.

Aseguran que el Sergas ha maquillado las listas de espera y que hay más de 60.000 enfermos sin atender en Galicia.