Para tranquilizar al lector y evitar perjuicios al sector mitilicultor, que bastante tiene con la interminable sucesión de episodios tóxicos de los últimos años -y más que habrá a causa del nuevo método analítico europeo-, no está de más insistir una y otra vez en que la popularmente conocida como "marea roja" no entraña riesgo alguno parra el consumidor.

El Intecmar controla casi a diario las aguas y los productos, decretando el cierre de bateas y prohibiendo la extracción en las mismas y los bancos marisqueros en caso de que los niveles de células tóxicas sean preocupantes. Esto supone que si se extrae y comercializa mejillón por los cauces reglamentarios, y si el ciudadano adquiere el producto también de forma reglamentaria y en los centros de expedición autorizados, la "marea roja" no tiene por qué ser un perjuicio ni debe hacer perder el interés por el afamado y nutritivo mejillón gallego.

La red de muestreos y los análisis que se hacen tanto en las instalaciones vilagarcianas del Intecmar -considerado un centro de referencia a nivel internacional- como en las depuradoras y cocederos, deben ser garantía de calidad y salubridad suficiente.