Juan Manuel Suárez, gerente de Cocederos Suárez, es uno de los empresarios que saben bien lo difícil que resulta mantener un negocio en el sector mitilicultor cuando las biotoxinas aprietan. "Es cierto que en esta época del año los perjuicios no son tantos como en otros momentos más fuertes de la campaña, cuando se intensifican las operaciones y la demanda se dispara", manifiesta. Pero en cualquier caso "también a estas alturas hay pedidos, y nosotros tratamos de atenderlos como podemos, recurriendo a comprar mejillón en los pocos polígonos que todavía quedan abiertos, pero siempre con mucha cautela y siguiendo muy de cerca los resultados analíticos, ya que no queremos arriesgarnos a comprar y tener que devolver el producto al mar".

Desde esta firma transformadora asentada en Vilanova afrontan la situación actual con pesimismo, ya que "cuando crees que la situación empieza a mejorar resulta que hay un repunte de las biotoxinas y vuelven los cierres; lo peor de todo es que ahora se ha detectado un incremento considerable de las células de toxina amnésica, y esto quiere decir que el episodio tóxico que estábamos sufriendo hasta ahora puede verse agravado en los próximos días". Lógicamente, en un momento así, la carga de trabajo disminuye, y por tanto la plantilla de personal también se recorta. "La gente está en casa, esperando a que la llamemos para reincorporarse, y lo mismo sucede en los demás cocederos y conserveras, ya que si no tenemos mejillón para trabajar no podemos tener empleados".

Juan Manuel Suárez resalta, asimismo, que "el año pasado fue desastroso para todos, registrándose los cierres más importantes de la historia a causa de las biotoxinas, y por lo que estamos viendo parece que este 2014 no va a ser muy diferente".

El empresario termina diciendo que "en Galicia todos sabemos que tanto productores como transformadores debemos convivir con la toxina porque no nos queda otra, y sabemos hacerlo, pero no cabe duda de que la situación actual es muy preocupante para todos".