Son muchas las habilidades que engloba la maquetación. Desde la paciencia a la observación pasando por la capacidad para reproducir hasta el detalle. La cuestión cobra aún mayor valor cuando el arte de minimizar se realiza como pasatiempo o como una manera de encontrar la relajación en los ratos libres.

La empresa Comercial Minia de Vilanova se convertirá durante todo el mes de junio en lugar de obligado paso para los que quieran disfrutar de las maquetas realizadas por tres aficionados a reconstruir embarcaciones de todo tipo. Dornas, gamelas, fuerabordas o incluso goletas son algunas de las recreaciones que se podrán observar. Sus autores son tres jubilados clientes de la ferretería vilanovesa que mostrarán cerca de treinta piezas para los aficionados a este arte y para los que no lo son tanto.

Eladio García, Antolín Chazo y José Vázquez son los artífices de esta exposición. A su edad han querido compartir una afición a la que en otras épocas de sus vidas no pudieron dedicarle tanto tiempo como en la actualidad. Eladio fue marinero durante muchos años. Así se ganó la vida y así adquirió también un amplísimo conocimiento sobre todo tipo de embarcaciones. Por su parte, Antolín tiene a su favor la ventaja de haber sido un notable carpintero. A su habilidad para manejar la madera se le une una capacidad más que destacada para el maquetismo. La devoción de José tiene menos relación con su profesión de camionero durante muchas décadas.

Los tres son vecinos de Vilanova y tiene muy claro que la exposición bien merece una visita. Entre los alicientes que Eladio pone sobre la mesa están "una maqueta del Juan Sebastián Elcano y la del barco Industrial en el que trabajé durante tantos años junto a mi padre". Su pasión por los detalles encuentra un extraordinario radio de acción en la elaboración a pequeña escala, "soy feliz dedicándole tiempo a esto. Ocupa casi todo mi tiempo libre y me entretiene muchísimo".

El componente artesano de las elaboraciones tampoco pasa desapercibido, "está hecho todo completamente a mano. Solo las cadenas y algún otro detallito no se hacen a mano, pero el resto está hecho con un cuidado enorme", apuntó Eladio García. Su compañero José Vázquez va incluso más allá en la expresión de sus habilidades, "además de barcos me encanta maquetar cruceiros o capillas".

Antolín también recuerda sus tiempos de marinero. Aquel petrolero sueco llamado "Gerulf" en el que pasó tantos años ha pasado a ocupar un espacio en su casa. Desde entonces se sucedieron un sinfín de pequeñas grandes obras nacidas entre sus manos, algunas de las cuales ya lucen en Comercial Minia. Como él mismo dice, "en Vilanova no todo va a ser Valle Inclán".