La Audiencia afronta tres días de juicio por un homicidio en O Grove en 2012

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha reservado tres días para celebrar el juicio, con jurado popular, contra Alberto Sequenza, el joven de O Grove acusado de matar en 2012 con una navaja a otro grovense tras una pelea en un garaje. El juicio comenzará el martes y está previsto que se prolongue hasta el jueves.

El fiscal pide 15 años de cárcel por un presunto delito de homicidio para el acusado, que está en la cárcel desde hace casi dos años por la muerte del joven grovense David Barreiro. El Ministerio Público ve la agravante muy cualificada del "uso de superioridad", ya que en la pelea que costó la vida a Barreiro el acusado esgrimió supuestamente una navaja.

Los hechos ocurrieron sobre las seis de la tarde del sábado 28 de abril de 2012 en un garaje del barrio marinero de Lordelo, en O Grove. David Barreiro Míguez, de 20 años, y Alberto Sequenza Vila, que había cumplido 18 pocos días antes, se enzarzaron en una pelea en el garaje de los abuelos del segundo, y Barreiro recibió un navajazo que le perforó gravemente el esternón y le dañó el corazón, muriendo a los pocos minutos. La trágica reyerta fue vista por unos 12 jóvenes, algunos de ellos menores de edad.

Alberto Sequenza y David Barreiro se conocían desde 2011, cuando el primero de ellos inició una relación sentimental con la hermana de Barreiro, que por aquel entonces tenía 15 años.

Alberto Sequenza tenía antecedentes policiales por conducción temeraria y se ganaba la vida con lo que le daban en casa y las motos que arreglaba en el pequeño garaje donde ocurrió la tragedia, mientras que Barreiro trabajaba en una empresa de electricidad.

El joven fallecido era también muy conocido por su actividad deportiva y social, pues jugó al fútbol en el Amanecer y el Unión Grove, hizo piragüismo en el Breogán y formó parte de la comparsa Os Güeros.

Un año después de la tragedia, un grupo de jóvenes del municipio le rindió un homenaje, con música y la lectura de textos. El padre de la víctima leyó un emocionado texto, en el que abogaba por resolver los conflictos mediante el diálogo, evitando de ese modo el uso de la violencia.