Hace casi un año y medio que la Xunta de Galicia aprobó el decreto que regula el funcionamiento de los "furanchos" y "loureiros", pero la práctica totalidad de los ayuntamientos de O Salnés siguen sin aprobar las ordenanzas que, en último extremo, servirán para controlar y poner orden en un negocio que preocupa enormemente a la hostelería convencional.

Salvo Sanxenxo y Meaño, que sí tienen muy avanzados los trámites -en el caso de Meaño el texto está pendiente de la aprobación definitiva, tras superar la fase de alegaciones- el resto de municipios carecen aún del más mínimo marco legal para regular los "furanchos".

Una situación que preocupa a los hosteleros, pero también a los propietarios de "furanchos" que desean que se aplique el decreto de la Xunta. José Luis Videira, que es el presidente de la Federación Provincial de Furanchos, Loureiros e Viticultores de la provincia de Pontevedra manifestó ayer que "en algunos municipios de O Salnés hay un gran problema porque encontramos locales que se hacen llamar loureiros, pero que después están abiertos más de tres meses al año. La hostelería tiene en esos casos toda la razón de quejarse".

Para Videira, esto supone un inconveniente también para los furancheiros que han decidido regularizar su situación "porque por culpa de los que siguen funcionando como bares nos meten a todos los furanchos en el mismo saco". "Somos conscientes de que es una labor lenta, de tiempo, pero estos establecimientos tendrán que definirse, y ser furanchos o bares", añade José Luis Videira.

Juan Rey, que es el presidente de Cambados Zona Centro (asociación en cuyo seno hay varios negocios de hostelería) afirma por su parte que "para nosotros es un problema gravísimo. Los hosteleros han comentado su preocupación en más de una reunión". Y es conocida la opinión crítica del presidente de los hosteleros de Vilagarcía, Roberto Gerpe, hacia los "furanchos" y la falta de control por parte de las administraciones públicas.

La Xunta de Galicia aprobó precisamente su decreto del otoño de 2012 para sellar la paz entre los hosteleros, preocupados por las consecuencias económicas de la competencia desleal de algunos "furancheiros", y los que abogan por conservar algunos elementos tradicionales del rural gallego. Pero, al menos hasta ahora, los concellos arousanos han mirado hacia otro lado.

En algunos concellos, como el de Meis, sostienen que la ordenanza no está aprobada todavía porque en este municipio hay un número bajo de "furanchos", por lo que no se presenta una situación de conflicto de intereses. "En cualquier caso, sí que vamos a aprobar la ordenanza, y mientras tanto a los que vienen a preguntar les decimos que tienen que regirse por lo que establece el decreto de la Xunta". Y en Vilanova, por su parte, el alcalde avanza que "tenemos la ordenanza en la agenda. Incluso es posible que la llevemos al pleno de final de este mes".

En Meaño, por su parte, pidieron a la Xunta que clarificase unos aspectos del decreto.