El barco hacía aguas y casi no quedaba comida

Los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que participaron en el operativo revelaron en la sesión de ayer los detalles del mismo. Así, indican que estaban tras la pista del cargamento tras intervenir varias comunicaciones "extrañas o raras" por radio entre barcos y bases terrestres de Venezuela y sospechar que se estaba ultimando un alijo con destino a España.

Los funcionarios explican que tras detectar el San Miguel por radar enviaron allí una embarcación auxiliar, desde la que se comprobó que se trataba "de un pesquero pequeño" y que portaba "una serie de fardos en la cubierta". Así las cosas se avisó al patrullero Petrel I para que tramitase la detención y registro del buque.

Los funcionarios accedieron al buque pesquero -en el que además de los marineros venezolanos ya estaban los arousanos supuestamente encargados de transportar la droga hasta Galicia- por el "derecho de visita" y dos de ellos permanecieron a bordo hasta la llegada de las autorizaciones judiciales, que tardaron "dos, tres o cuatro horas".

La aventura del San Miguel fue más que accidentada desde un primer momento, y cuando fue apresado la tripulación apenas contaba ya con agua ni comida. La embarcación incluso "hacía aguas", por lo que ni siquiera se consideró "seguro" conducirlo hasta el puerto de Vigo tripulado. Entre los procesados también se encuentran dos hermanos de A Illa, de apellidos Cañón García, el cambadés José Andrés Bóveda Ozores, "Charly" o Francisco Padín Fernández, "Fran el Pardillo".

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