VILANOVA
Un caballo y una yegua irrumpen en la carretera hacia Pontevedra
Los equinos fueron rescatados por vecinos y agentes del Seprona y de la Guardia Civil - Los animales contaban con microchip
REDACCIÓN
Un caballo y una yegua sueltos irrumpieron ayer en la carretera PO-531 y provocaron importantes retenciones de tráfico en la recta de A Goulla que se resolvieron cuando fueron capturados por vecinos y agentes del Seprona y de la Guardia Civil.
Los animales debieron escapar de su establo, por lo que emprendieron un paseo por el entorno hasta que decidieron cabalgar por el medio de la vía.
La situación se produjo poco antes de las cuatro de la tarde, un momento de enorme intensidad de tráfico, por lo que han sido numerosos los coches y camiones afectados por esta inesperada a la vez que simpática incidencia.
Fueron precisamente los conductores los que dieron el primer aviso a las fuerzas de seguridad. Hasta el lugar acudieron efectivos de la Guardia Civil y del Seprona, quienes junto a algunos vecinos, consiguieron acorralar a los dos equinos en una explanada situada en uno de los márgenes de la carretera.
Tan pronto como se consiguió retener a los animales, los agentes pudieron comprobar que al menos uno de ellos tenía microchip, de modo que resultaría muy sencillo localizar al propietario y, por tanto, conocer los motivos por los que se escaparon los animales, sin que se descarte que alguien le haya abierto las puertas del establo.
La situación fue especialmente llamativa y algún conductor llegó a tener problemas para sortear los dos caballos y continuar su camino, según indican vecinos del lugar.
Lo que también se produjo fue un tremendo atasco, ya que la circulación estuvo restringida mientras se procedía a la captura e inmovilización de la pareja de jóvenes equinos.
El vial a Pontevedra cuenta con señalización propia relativa a la presencia de animales salvajes. De hecho ya se han registrado atropellos de jabalíes que han cruzado el vial.
Lo sorprendente es que en esta ocasión, la incidencia haya sido provocada por animales domésticos y, en apariencia, muy dóciles, pero que dada su envergadura podrían haber provocado un siniestro de considerables consecuencias.
Una vez que se consiguió capturar a los animales, los agentes de la Guardia Civil trataban de localizar al dueño, quien se expone a una sanción si se puede probar su responsabilidad en los hechos.
Es de subrayar que no se registró ningún accidente ni daño a personas.
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