A Igrexa Vella se la describe como un "lugar de la memoria" quizás porque se trata de un yacimiento de amplia ocupación cronológica que permite explicar un tránsito desconocido en Galicia como es el final del mundo romano y el enlace con la etapa que conduce hasta el siglo XVIII.

Ayer, un grupo de operarios de jardines inició los trabajos de limpieza de un recinto que empezaba a presentar un estado selvático pues hace un año que no se acometía labor de mantenimiento alguna, quizás porque la intención era cubrir los restos.

Por la tarde iban a visitarlo autoridades y vecinos, aunque el acto se suspendió por coincidir con otros, lo que va a permitir más tiempo para acondicionar este recinto para la próxima ocasión, todavía sin determinar.

Cabe señalar que la última intervención arqueológica, iniciada el 7 de mayo de 2012, contempló ya las siguientes actuaciones: desbroce y limpieza del entorno de las estructuras exhumadas y relacionadas con el templo religioso; colocación del vallado perimetral de madera para la protección del área de intervención; limpieza manual del área excavada en la campaña de 2010 con el objetivo de fotografiar el estado general del yacimiento y de cada una de las partes de la iglesia; situación de los sondeos arqueológicos y la intervención arqueológica en la llamada Igrexa Vella. Respecto de este antiguo templo, los expertos coinciden al señalar que los dos años transcurridos desde la última intervención en 2010 "provocaron un estado de abandono de los restos estructurales".

Se han diferenciado en total cuatro áreas de intervención: cabecera de la iglesia o zona absidal; atrio o exterior de la zona absidal y situada al sur de la cabecera; capilla lateral y sacristía anejas a la nave principal y cabecera, respectivamente; y, nave principal.

Respecto a la fase 2 consistente en la excavación en el área del templo, los técnicos diferencian a efectos de excavación las cuatro áreas descritas para la limpieza". Asimismo, destacan que por motivos de funcionalidad para la fase de consolidación, se plantea inicialmente la excavación del área 4 (nave principal) y continuar luego por las otras tres, de menor tamaño que aquella.

El yacimiento, se destaca en el estudio sobre los yacimientos galaico-romanos, "se encuentra en plena etapa de excavación así como de consolidación, por lo que se trata de un recurso con potencial histórico que ha quedado potenciado por el hallazgo", explica en la memoria.

En este documento de trabajo se expone que Igrexa Vella "cuenta con un buen nivel de mantenimiento y conservación, debido sobre todo a la reciente intervención, cuya área excavada permite ver a los visitantes todos los detalles de las estructuras que salieron a la luz"

En el informe sobre Igrexa Vella se subraya el hecho de que en un mismo yacimiento arqueológico se encuentren vestigios de las diferentes tendencias históricas con un amplio período temporal.

Los arqueólogos resaltan la decisión de vallar el perímetro arqueológico de Valga porque "actúa como medida de protección para evitar que los visitantes que se acercan al lugar circulen por el interior de la excavación.

De todos modos también se observan aspectos negativos como el hecho de que el yacimiento se encuentra apartado del núcleo urbano, que el camino de acceso en pendiente descendente esté descuidado y es estrecho, que faltan elementos de señalización en el trayecto y la inexistencia de paneles y recursos informativos que difundan la importancia de los restos en sus diferentes etapas históricas.

Sin embargo, como refleja la ficha, el yacimiento de Igrexa Vella, integrado por una necrópolis y la iglesia de Santa Comba de Louro, situada en la parroquia de Cordeiro "está gravemente alterado como consecuencia de actividades extractivas provocadas tanto por instituciones como por entidades privadas".

De todos modos se trata de un conjunto digno de ser estudiado en profundidad, en especial por la secuencia histórica que contiene, pero también por su ubicación en la zona del río Ulla, muy próximo a Iria Flavia, y por tanto a Santiago de Compostela.

En el Ayuntamiento de Valga también se pone de manifiesto la importancia arqueológica del término municipal porque además de Igrexa Vella y Agramar (antiguo puerto romano en el Ulla) se dispone de un informe que apunta a otros cinco enclaves de interés arqueológico: Carracido, Porto Piñeiro, Monte Cabreira, Pedra Furada y Castro de Cercadas.

De momento, el máximo interés es la preservación de lo excavado.