Las playas de A Concha y A Compostela recuperaron ayer la normalidad tras un día cerradas para el baño debido a los alarmantes niveles de concentración de la bacteria e.coli. El análisis de las aguas efectuado por Sanidade reveló que dichos niveles habían bajado en picado al día siguiente, y el Concello procedió ya de mañana a reabrir ambos arenales, que por la tarde ya registraban la habitual afluencia de bañistas.

Desde el Concello corroboran la hipótesis esgrimida cuando se dio a conocer el cierre de las playas más céntricas y concurridas de la ciudad: el problema fue causado por la coincidencia de los vientos del sur con la intensidad de las lluvias en los días previos al análisis, lo que desplazó las aguas fecales de una canalización próxima hasta hacerlas desembocar a pie de playa.

Los análisis remitidos por la delegación pontevedresa de la Consellería de Sanidade revelan que en A Compostela la concentración de e.coli se situaba en las 50 unidades ufm por cada 100 miligramos y en A Concha de 40 unidades.

Esto contrasta con los alarmantes datos desvelados el martes (aunque las muestras fueron recogidas el día anterior) y que hicieron cerrar las dos playas. A Compostela contaba con 1.800 unidades por 100 miligramos y A Concha 2.800 en esa misma cantidad. Dado que el límite máximo permitido por la Consellería se sitúa en las 1.500 unidades ufm, queda claro que la presencia de e.coli era muy elevada.

El Concello considera que fueron causas climatológicas las que provocaron esta situación debido a que sucesos como este ya se habían producido con los mismos síntomas en años precedentes. Un día las aguas de baño presentan picos elevados de contaminación por e.coli y al siguiente todo vuelve a la más absoluta normalidad.

El gobierno local lanza un mensaje de "tranquilidad" a los bañistas y usuarios de las playas, explicando que las medidas de precaución adoptadas el martes, bandera roja de prohibición del baño incluida, garantizan el exhaustivo control al que se someten las aguas de los arenales vilagarcianos por parte de las autoridades sanitarias. "Se advierte de cualquier incidencia, tan pronto como se produce, para prevenir posibles riesgos por pequeños que estos sean", comenta el gabinete presidido por Tomás Fole.

"Las analíticas realizadas a las muestras tomadas ayer (por el martes) demuestran que el episodio puntual se superó en pocas "horas", revela el Concello.

El martes, a pesar de la presencia de la bandera roja en los dos arenales urbanos de la ciudad arousana, hubo bañistas que obviaron el riesgo existente y se lanzaron al agua como si se tratase un día normal, algo que desaconseja tajantemente la Consellería de Sanidade.