La recientísima concesión de la Estrella Michelín al Culler de Pau ya empieza a tener consecuencias para el restaurante más allá del interminable rosario de felicitaciones y llamadas telefónicas a su dueño, Javier Olleros. "Los viernes a mediodía suelen ser tranquilos, pero hoy tuvimos cinco mesas", contaba a media tarde el cocinero. Y no solo eso. "Entre amigos y gente que tiene ganas de visitarnos ya tenemos un 75 por ciento de reservas para mañana (por hoy)".

La Estrella Michelín es quizás el reconocimiento más importante al que puede aspirar un restaurante, pues el galardón tiene una proyección internacional y son miles los viajeros que durante sus salidas no se separan ni un minuto de la prestigiosa guía que edita la casa Michelín. De hecho, Javier Olleros cuenta que ayer "vinieron a comer a Culler de Pau unas personas de Huelva que andaban por León y que decidieron acercarse hasta O Grove al conocer la noticia de que nos habían dado la Estrella".

En Galicia hay 11 establecimientos con este reconocimiento. Todos repiten, menos el negocio de Javier Olleros, que se estrena en la Champions League de la gastronomía española.

En el Culler de Pau trabajan seis personas, a las que se une un cocinero en prácticas y un empleado de refuerzo para los fines de semana. El jefe de cocina es Javier Olleros, y su segundo el japonés Takahide Tanaka, con el que había coincidido en el restaurante de Martín Berasategui.

Pero la presencia de Tanaka entre los fogones del Culler de Pau no implica que la cocina de este local sea una fusión entre Oriente y Occidente, ni que en la carta haya los productos típicos de la gastronomía nipona, como el sushimi. "En absoluto. Tanaka está convencido de que las cocinas no deben viajar, y que el entorno debe ser la despensa de cada restaurante. Él, además, es un apasionado del producto gallego", manifiesta Olleros.

El Culler de Pau se encuentra en la aldea de Reboredo, en pleno rural de la parroquia grovense de San Vicente. El local, estrenado hace tres años y siete meses, destaca por su diseño minimalista y sus espectaculares vistas a los huertos circundantes y la ría de Arousa, situada a apenas 200 metros de distancia.

El negocio cuenta con diez mesas y ofrece dos menús degustación, al precio de 48 euros el de seis platos y de 65 el del 10. También dispone de carta -en la que sobresalen los productos de la huerta y el mar- y de preparaciones más tradicionales, como el pulpo á feira, las verduras salteadas, o la caldeirada de merluza. Javier Olleros plantea hacer un esfuerzo para potenciar el turismo gastronómico.