Hace cuatro años, el Concello de Vilagarcía quiso dar el primer paso en la puesta en valor de monte Xiabre con la puesta en marcha de varias rutas de senderismo por sus laderas. La idea continúa promocionándose en las oficinas de turismo, pero ya no se avanzó más en este sentido. Por tanto, quien se acerque a la parte vilagarciana de este espacio natural hallará muchas sorpresas que tendrá que buscar sin apenas ayuda.

Una de ellas es la Cruz de Xiabre, próxima a la cima del monte pero prácticamente desconocida, sobre todo comparada con su vecina de Lobeira. La humilde cruz adorna uno de los muchos miradores de esta altura que asciende hasta los 641 metros sobre la ría de Arousa. Desde arriba, los valles del Umia y O Salnés, el Ulla y la propia ría parecen casi juguetes.

En la extensa parroquia de Cea se encuentra el pintoresco lugar de Castroagudín, con su famoso reloj. En el cementerio parroquial, el visitante puede descubrir uno de los grandes secretor patrimoniales del municipio, una fuente de la que apenas se tiene información y que, pese a que intentó incluirse dentro del Catálogo de Bienes a Conservar, todavía sigue injustamente apartada de él. La fuente consta de un pequeño altar con la Virgen y el niño y una cruz en su cima y dos soldados ataviados con ropajes de época napoleónica. Las figuras redundan en la gracia de este singular conjunto pétreo.

Al otro lado de la ladera de Xiabre en Vilagarcía, hacia el norte, está el lugar de O Campanario, en la parroquia de Bamio. El nombre de esta pequeña aldea le viene de una construcción separada que hace las funciones de campanario de la iglesia parroquial.

Este lugar es de fácil acceso desde la carretera que une Catoira y Carril. El pequeño edificio, que sí está catalogado, se encuentra en buenas condiciones y presume de su pareja de campanas que parecen sostenerse con falsa dificultad sobre una base tan reducida.

A este mismo conjunto pertenece uno de los cruceiros más antiguos de Vilagarcía, en el que aparece la imagen de la Virgen María en una de sus caras. Las dos obras son de época barroca, el campanario del siglo XVIII y la cruz del 1683.

Un paraíso arqueológico apenas conocido

Solamente los expertos en la materia conocen todos los tesoros arqueológicos que acogen las faldas de monte Xiabre. La mayoría de este riquísimo patrimonio carece de protección y apenas ha sido puesta en valor. Es más, en algunos casos se ha venido deteriorando con el paso del tiempo e incluso destruyendo. Tal fue el caso de varios túmulos del alto de O Pousadoiro en la zona vilagarciana. En la caldense aún hoy se pueden contemplar varios de ellos frente al desvío hacia el pico de Xiabre. En la zona de As Sobreiras, en la parroquia de Cea, se encuentran no menos de 13 petroglifos identificados pero inaccesibles debido a lo escarpado de la zona y a que están nulamente señalizados, al contrario que el único petroglifo catalogado de la parte caldense. En A Xaiba reposan semiocultos los restos de un castro. Este promontorio posee restos del Neolítico, la Edad de Bronce y la del Hierro. Así y todo, sigue a la espera de alguien que lo rescate del olvido.