Los vecinos de Rubiáns están hartos de sufrir constantes robos en sus casas. Aseguran vivir con miedo desde hace varios meses por culpa de los rateros, que también asaltaron en dos ocasiones el centro sociocultural de la parroquia. El presidente de la asociación vecinal, Xurxo Abuín, culpa de esta situación a los drogodependientes que pueblan un "supermercado de la droga" situado en el entorno de O Souto. También critica la inacción de Policía y Concello ante esta oleada de robos que temen que continúe con la misma impunidad que hasta ahora.

"La gente tiene miedo. Te acuestas por la noche y nadie te puede asegurar que no te vayan a visitar los cacos", declara atemorizado Abuín. "Saben que si les roban y denuncian tendrán que esperar una hora y media en Comisaría y no servirá de nada", añade, criticando que la Policía no haya detenido a ningún sospechoso después de la denuncia interpuesta por la asociación después del primer robo, sufrido a mediados del pasado mes de mayo.

Por aquel entonces los asaltantes entraron en el centro social forzando las cerraduras y llevándose 4.200 euros en efectivo y numeroso material de valor. Entre otros objetos sustrajeron un ordenador portátil y un disco duro con importante información (fotos, cuentas, escritos) de la asociación.

Pero la cosa no quedó ahí. Apenas dos meses después de comunicar infructuosamente al gobierno local y a la Policía de lo sucedido, la asociación sufrió otro robo, que se suma a los no denunciados por los vecinos, que también son constantes, según el propio Xurxo Abuín.

En esta segunda ocasión los cacos lo tuvieron más fácil ante la inexistente vigilancia y los daños sin reparar en las dos puertas del centro que dejaron inutilizadas. Este asalto se saldó con la sustracción de otros 600 euros más diverso material audiovisual perteneciente a la asociación.

Esto sucedió hace tres días y supuso la gota que colmó el vaso de la paciencia de la directiva de Rubiáns. Ayer presentaron una nueva denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional para dar parte de lo sucedido.

Abuín admite que no sabe a quién acudir para pedir ayuda, pues "parece que Rubiáns no perteneciera a Vilagarcía salvo cuando hay elecciones", lo que le lleva a pensar en tomar medidas "radicales" como la creación de grupos de vigilancia nocturna compuestos por residentes de la parroquia, algo que, no obstante, rechaza por "fascista".

Inseguridad vecinal

En lo que respecta a los vecinos, Abuín explica que normalmente estos no denuncian dando por hecho que no servirá de nada y relata el caso de una madre y su hijo de 18 años que hace escasos días descansaban en su casa cuando, de repente, el chico escuchó el ruido provocado por los cacos. Acto seguido llamó a su madre, que estaba en la habitación de al lado, por el móvil para alertarla. Decidieron encender las luces y hacer ruido para espantar a los asaltantes, medida que parece que surtió efecto pues se marcharon.

Entre los objetos robados durante los últimos meses se encuentran bombas de achique de pozos, motosierras y otros instrumentos de valor que posteriormente, según la versión del vecino de Rubiáns, los ladrones venden en el mercado ilegal para poder seguir comprando droga.

Sospechan de unos jóvenes de la misma localidad

La asociación de vecinos lo tiene claro. El grupo de cacos está formado por residentes de la localidad de "poco más de veinte años" que delinquen para pagar su vicio, el consumo de drogas que adquieren allí mismo, apenas a diez metros del local dos veces asaltado, en el Cruceiro do Souto.

Allí se ubica habitualmente, señala Xurxo Abuín, un "supermercado de la droga" que, si bien no es el único de Rubiáns, sí que es el más numeroso. "La Polícia sabe de su existencia, el Concello también. Y no hacen nada", lamenta Xurxo Abuín.

No es este el único trastorno provocado por este grupo identificado por los vecinos, ya que los mismos jóvenes suelen acercarse a la zona con coches y motos de gran cilindrada a "hacer caballitos" y otras maniobras que asustan a los usuarios del centro osciocultural.

"Utilizan la carretera de Zamás como circuito de carreras", alerta Abuín, que demanda urgentemente que la Policía vigile la parroquia para evitar este tipo de sucesos y disuada a los drogodependientes de frecuentar los "supermercados".

En las próximas semanas, la directiva de la asociación celebrará una asamblea extraordinaria para debatir qué medidas de presión decide tomar.