La familia, vecinos y amigos consiguieron sorprender a Carmen Castro Arosa, nacida un 29 de mayo de 1912, en Castrelo (Cambados).

Pasaron cien años y su ánimo no se aplacó en absoluto. Estaba radiante en su silla de ruedas, pero sobre todo feliz porque se vio rodeada de un número importante de familiares y vecinos.

La vida de la abuela de Cambados no fue fácil, ni mucho menos. Al llegar a esta edad son muchos los recuerdos, pero sobre todo las ausencias, en especial las de sus tres hijos a los que sobrevivió.

Pero ello no fue óbice para que ayer fuera una tarde de fiesta en la que no faltó ni la tarta de cumpleaños €que dio para todos€ ni para los hermosos ramos de flores conque la cumplimentaron, además de otros obsequios más privados.

Con veintipocos años, Carmen Castro se marchó a Argentina con su esposo, y allí, se ganó la vida atendiendo casas y cosiendo o lavando ropa para fuera.

En esa larga estancia, hasta hace una década, pudo regresar a su Castrelo natal en alguna ocasión, pero siempre retornaba. Hace diez años decidió dejar América definitivamente y se instaló con un nieto en O Couto (Castrelo).

Su familia más próxima son ahora tres nietos y seis bisnietos, muchos de los cuales quisieron compartir este momento con ella.

También estuvieron los vecinos de Castrelo cuya asociación ya rindió un tributo similar a Avelina Figueroa Estonllo, que cumplió un siglo el pasado mes de abril y que por tanto ostenta el título de abuela de la parroquia.

Lo que todos los presentes recordaron fue la dura vida que le tocó sufrir a Carmen Castrio en la emigración. Uno de sus hijos mayores desapareció durante la dictadura de Videla y nunca más supo de él. Carmen Castro se movió lo que pudo por encontrarlo y llegó a formar parte de las Madres de la Plaza de. Mayo.

Ahora prefiere no rememorar aquellas fechas tan duras. "Es un recuerdo muy duro para ello y procuramos no disgustarla con ello", explica uno de los nietos de esta vital mujer.