La Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza ha confirmado la noticia avanzada hace unos días por FARO. La Xunta financia con 30.000 euros el proyecto del concejal de Medio Ambiente, Alfredo Bea, mediante el cual la isla grovense de A Toxa va a disponer de dos burros "fariñeiros", una especie amenazada que va a poder reproducirse en la localidad y que puede constituir una oferta turística añadida.

El alcalde, el conservador Miguel Ángel Pérez García, ya había avanzado hace días al propio Alfredo Bea García que la ayuda rondaría el 90% del presupuesto total, y ahora es la Xunta la que lo deja totalmente claro, mediante un escrito remitido al Concello de O Grove en el que se compromete dicha financiación.

Tras recibir esa confirmación, Pérez ha insistido ayer en que le parece un proyecto interesante, e incluso anuncia que va a ejecutarse "de manera inminente", algo en lo que coincide su socio de gobierno, el galeguista Alfredo Bea.

De este modo el edil consigue hacer realidad uno de sus proyectos ms innovadores, y puede que uno de los más ambiciosos. Hay que recordar que se trata de habilitar un recinto en el Monte Central de A Toxa, una parcela pública de 210.000 metros cuadrados, para alojar en él a una pareja de burros "fariñeiros", es decir, de la familia Equus asinus.

De este modo se trata de proteger la especie, muy amenazada desde que la mecanización del campo restó atribuciones al animal, pero al mismo tiempo va a ser posible recuperar aquella leyenda que hablaba de un burro enfermo liberado en la isla por su dueño para que muriera en paz. Pero fue un borrico, al fin y al cabo, que tras bañarse en los fangos de A Toxa no solo se recuperó físicamente, sino que con su casi milagrosa salvación permitió que se descubrieran las propiedades mineromedicinales de las aguas termales de la isla.

Lo que quieren Alfredo Bea, el alcalde y todo el gobierno del que forman parte, es aprovechar la presencia de los dos burros para recordar aquella leyenda, y esto, insisten, puede constituir un aliciente turístico en la isla estandarte del turismo en Galicia.

Todo esto va a hacerse realidad, como queda dicho, con esos 30.000 euros que ahora aporta la Xunta, que advierte al Concello de que "el plazo para la realización y justificación de la actuación subvencionada finaliza el 15 de septiembre".

Transcurrido ese plazo sin que se presenten las justificaciones requeridas, el Concello perderá su derecho a cobrar la subvención autonómica, lo cual quiere decir que la Administración local dispone ahora de un par de meses para hacer realidad la propuesta de Alfredo Bea y alojar a los dos borricos en la isla meca.

El concejal delegado de Medio Ambiente, que ya hace días mostró su satisfacción y agradecimiento tras conocer extraoficialmente que sería financiado su proyecto, no pudo ayer más que confirmar tal alegría y comprometerse a desarrollar esta iniciativa, la cual, insiste una vez más, va a contribuir a "seguir potenciando el uso público de la isla y nos va a ayudar a atraer turistas e incluso a organizar todo tipo de actividades para los niños".

Silvipastoreo

Cabe incidir en que la presencia de los burros en A Toxa va a permitir la elaboración de un análisis sobre la posible implantación del silvipastoreo en otros montes de la localidad, al tiempo que puede aprovecharse para desplegar programas de apoyo a personas con algún tipo de discapacidad y debe servir, igualmente, para desplegar actividades extraescolares en las que participen los diferentes centros de enseñanza.

Por último, la llegada de los burros "fariñeiros" supone, en cierto modo, la culminación del plan de recuperación y potenciación del Parque Forestal de A Toxa, que fue acondicionado y dotado de mobiliario, cortafuegos, pistas, rutas de senderismo y otras mejoras durante el anterior mandato, cuando Alfredo Bea también formaba parte del gobierno local y ejercía como responsable de Medio Ambiente, aunque entonces fuera de manera extraoficial.