Un año sin noticias de "Flora"

La flota sigue aguardando las ayudas comprometidas por Mar

A. G. - A Illa

El pasado 14 de enero, A Illa amaneció totalmente arrasada. Un temporal con el que nadie contaba y que más tarde sería bautizado con el nombre de "Flora" se llevó por delante parte de la flota que estaba amarrada en el muelle isleño de O Xufre, causando importantes daños. Pero eses daños todavía fueron mayores en el mar, en las bateas, donde gran parte de los parques de cultivo aparecieron con más de la mitad de su producción totalmente perdida.

Un año después, y pese al compromiso de la propia conselleira de Mar, Rosa Quintana, de habilitar una serie de ayudas en cuanto el sector bateeiro y los afectados le presentasen una valoración de daños, "lo único que se ha hecho es cambiar las uralitas del Igafa", aseguraba ayer uno de los afectados. El barco "Carallada" empotrado en la zona de O Lagartiño fue la imagen de aquel temporal, y su propietario, Isidro García, todavía no ha recibido un sólo euro de la costosa reparación a la que tuvo que someterse el barco debido a los boquetes que causó el impacto contra las rocas de la playa. No fue el único que aquella aciaga madrugada tuvo serios problemas, ya que otras cuatro embarcaciones acabaron encallando en la playa de O Lagartiño.

Pero la preocupación de García, y por ende, de todo el sector mejillonero de A Illa, es el daño que sufrieron las bateas. "Hay gente que perdió más del 50% de la producción, cuerdas que antes acostumbraban a dar 12 bolsas al año, este sólo han producido seis o siete, y eso se puede ver perfectamente en la facturación que se presente al cierre de este año", indica García.

Al igual que muchos otros de los afectados, el titular del "Carallada" asegura que "no hemos cobrado ni vamos a cobrar, parece que fue una promesa hecha para salir del paso y ahí se quedó; da la sensación que lo único que le preocupa a la conselleira es ahogar al sector mejillonero, porque solucionar los problemas no parece importarle".

Evitar que otro Flora vuelva a castigar a los barcos de A Illa tiene fácil solución, entiende el bateeiro, "colocar un dique de abrigo a la entrada del espigón que nos proteja de los vientos del norte, pero parece que aquel magnífico muelle que nos presentaron pocos días después se quedó en un papel".

Tracking Pixel Contents