Las obras de peatonalización y los estacionamientos indebidos provocan atascos de tráfico
La situación se hizo casi insostenible en la mañana de ayer, al coincidir con la celebración del mercadillo en Vilagarcía
M. González - Vilagarcía
La circulación rodada por el casco céntrico de Vilagarcía se ha convertido en toda una tortura para los conductores y hasta para los peatones que tiene que soportar los estrepitosos sonidos de las bocinas, que reclaman que alguien ponga orden en el tráfico y se solucionen los atascos. El problema no es nuevo en la zona urbana vilagarciana, pero se agudiza con las obras de peatonalización de varias calles a lo que se suma el estacionamiento indebido de coches en doble fila que no dejan pasar el resto de los vehículos.
Si el pasado lunes una ambulancia tardaba 17 minutos en recorrer unas cuantas calles para llegar a atender a una persona en la Plaza de Galicia, la mañana de ayer superó con creces esta carrera de obstáculos. Pasar con un coche por el corazón del casco urbano de la ciudad entre las diez de la mañana y las dos de la tarde de ayer resultó todo un reto, dado que además coincidió con una jornada de mercadillo.
En la Plaza de Galicia confluyen los vehículos que proceden de la zona de la gasolinera de San Roque y Plaza de la Independencia, y los vienen de la avenida da Mariña por Conde Vallellano, que incluyen el servicio de autobús urbano. Estos continúan por la calle Arzobispo Lago que va a dar a la zona de la plaza de abastos en cuyas inmediaciones se celebra el mercadillo. Se da la circunstancia de que las calles adyacentes a Arzobispo Lago están siendo objeto de obras de peatonalización y varias de sus vallas invaden parte de la calzada del único vial habilitado para la circulación rodada.
Para colmo, ayer por la mañana un conductor decidió estacionar su vehículo en doble fila en la calle Arzobispo Lago, formando un tapón tal que impidió el paso del autobús y del resto de los coches. Las bocinas no pararon de sonar, en tanto que la Policía Local tampoco podía acceder a la zona ni en coche, ni la grúa para retirar el turismo mal aparcado.
Largas caravanas de vehículos se formaron en los eternos minutos de duración del atasco, ya que al no tener los coches otra salida, se formó un importante atasco en prácticamente todos los accesos al casco céntrico vilagarciano.
Las últimas jornadas de compras antes de Navidad hacen augurar unos próximos días especialmente conflictivos en la zona céntrica vilagarciana, donde se concentra la mayor parte del comercio.
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