La Confraría de Pescadores San Martiño de O Grove impide la instalación del nuevo pantalán flotante de O Corgo, en el que está previsto amarrar barcos tradicionales "especiales" como el Hidria o el Raquel C.

El 18 de octubre se desembarcaba en aguas de O Corgo una plataforma flotante o pontona que, como se explicó entonces, tenía la misión de facilitar la instalación del nuevo pantalán. Al día siguiente el ente público Portos de Galicia confirmaba que iba a invertir 59.000 euros en esa mejora, y ya se avanzaba que en el plazo de un par de semanas los trabajos podrían estar finalizados.

Sin embargo esa instalación aún no empezó, y la razón es que la cofradía de pescadores se opone a instalar el pantalán allí donde estaba proyectado, porque entiende que puede dificultar la navegación y reducir el canal de acceso a la dársena de O Corgo.

Estos argumentos sorprendieron a Portos de Galicia, pues el pantalán proyectado tiene 30 metros, que es exactamente lo mismo que mide de eslora el valor Hidria Segundo, el cual permaneció durante tres años precisamente en el mismo lugar donde ahora quiere colocarse el pantalán. Es decir, que la nueva plataforma pretende ocupar exactamente la misma lámina de agua que ocupaba aquel barco, a la altura de la estación suministradora de combustible, con la diferencia de que el pantalán puede mejorar las condiciones portuarias al permitir amarrar a uno y otro lado.

Sin embargo, en el pósito consideran que entorpecería la navegación, de ahí que Portos decidiera estudiar otras alternativas. Durante los últimos días el ente público realizó diversas prospecciones e incluso manejó la posibilidad de ubicar el nuevo pantalán a la altura del espigón donde amarran los barcos de recreo, por el lado que da al pabellón de los deportes náuticos. Pero los calados son insuficientes y se descartó esta posibilidad, lo que hace que la única opción sea colocar el nuevo pantalán en el sitio que estaba inicialmente previsto.

Así pues, y dado que la cofradía mantiene su rechazo, este proyecto se mantiene paralizado, para disgusto de los armadores de barcos tradicionales especiales que creían que sus problemas de amarre iban a solucionarse de una vez por todas.

Cabe recordar que el pantalán proyectado tiene 30 metros de largo y tres de ancho. Está formado por una estructura de aluminio con piso de madera y flotadores, sujetándose mediante tres pilotes de acero de 12 metros de largo hasta alcanzar un calado de cuatro metros.

El mismo proyecto establece que el citado pantalán se una al puerto con una pasarela de acceso de 15 metros de largo, por un metro de ancho, también hecha de aluminio y piso de tablas de madera.

Como se explicó en su momento, con la concesión de este pantalán se atendía una petición formulada, entre otras entidades, por la Escola de Vela O Grove, de la que depende la goleta Raquel C. Este barco, precisamente por carecer de un espacio apropiado para el amarre, estuvo a punto de colisionar con las rocas hace días, cuando se fue a la deriva.