La masiva afluencia de "rañeiros" desborda el sistema de control bajo el puente isleño
La cofradía de A Illa denuncia escasez de personal y demanda la presencia de efectivos de Gardacostas
M. Méndez - Arousa
El banco marisquero de O Bohído se sitúa en el canal de navegación existente entre A Illa y Vilanova, en el entorno del puente que une ambos municipios. El 5 de octubre de 2009 faenaron en aquella zona 147 embarcaciones, mientras que ayer lo hicieron 331, según los datos que maneja la Consellería do Mar.
Esto significa que la afluencia de barcos -en cada nave pueden trabajar dos, tres o incluso más mariscadores- se ha duplicado, y las consecuencias no se han hecho esperar.
En el punto de control -situado sobre una batea fondeada en el propio banco- es casi imposible atender a todos los mariscadores, que están obligados a acudir a ese lugar para pesar las capturas y registrarlas antes de venderlas.
Desde la cofradía de A Illa no son ajenos a esta situación, y de hecho ayer reclamaron mayor presencia de Gardacostas de Galicia, para tratar de facilitar y agilizar el control de las capturas diarias.
Algunos se marchan
En el pósito isleño aseguran que “un solo vigilante es incapaz de dar servicio a todos los que acuden a O Bohído”, y añaden que, al verse desbordado, hay muchos marineros que deciden regresar a tierra sin pasar por ese punto de control, aunque esto sea ilegal.
Al parecer la situación es semejante en Os Lombos do Ulla, “donde antes había seis controladores y ahora solo hay tres”, pero resulta incluso mucho más preocupante en Cabío, donde “el descontrol es absoluto”, sostienen en el pósito de A Illa de Arousa.
Tanto si se debe al espectacular aumento de embarcaciones respecto al año anterior, en el caso de O Bohído, como si es fruto de un recorte de personal en los puntos de control, lo cierto es que las consecuencias de ese supuesto “descontrol” pueden ser nefastas, pues sin garantías de pesaje e inspección se favorece la esquilmación de los recursos, y además los marineros, después de completar los topes de captura establecidos, se ven obligados a esperar durante demasiado tiempo antes de poder regresar a casa. Incluso pueden llegar tarde a la subastas en lonja.
En la cofradía de A Illa sostienen igualmente que “además de no colaborar en los controles, Gardacostas se dedica a entorpecer nuestra actividad cuando a media mañana, en mitad de la faena, aborda los barcos en los que trabajamos para pedirnos la documentación”. El cabildo pretende que la Consellería do Mar corrija esta situación.
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