El curso “Mediación familiar e xénero” que la Universidad de Santiago (USC) acerca a Vilagarcía a través de su Universidade de verán trae a expertos en el ámbito de la resolución de conflictos a través del diálogo. Uno de los ponentes que ofreció un taller fue Ignacio Bolaños, mediador, doctor en Psicología y responsable del entrenamiento de mediadores de la Universidad Complutense de Madrid. A través de su ponencia hizo poner a los asistentes en la piel de personas ligadas familiarmente que tenían diversos problemas de convivencia, así, a través de los casos prácticos los alumnos descubrieron las técnicas a utilizar en las sesiones de mediación.

-La mediación es un procedimiento por el que a través del diálogo se intentan resolver los diferentes conflictos pero, ¿qué clase de enfrentamientos son los que más reclaman la presencia de estos profesionales?

-La verdad es que llegan conflictos de todo tipo pero sin duda los que más son de tipo familiares, separaciones y divorcios. Se extendieron sus trabajos en las relaciones de las familias por ejemplo entre padres e hijos, también en conflictos de herencias, empresas familiares...

-Y fuera del ámbito familiar, ¿en qué otros ambientes la mediación es una forma de solución?

-En otros ámbitos está teniendo mucho peso la mediación escolar para los conflictos entre los alumnos en las aulas, en las organizaciones y por supuesto en los ámbitos jurídicos de familia.

-El resultado del trabajo de los mediadores, ¿en la mayoría de los casos es satisfactorio?

-Sí, la verdad es que nuestro trabajo suele resultar muy satisfactorio para las personas que acuden a nuestra consulta para que les ayudemos y también para nosotros. El resultado final de nuestra labor es un acuerdo entre dos partes por lo que es mucho más fácil cumplir algo que hemos pactado nosotros mismos que no nada que se nos haya impuesto. La gente se compromete a través del diálogo por lo que al ser uno mismo quien llega a ese compromiso es mucho más fácil respetarlo.

-¿A través de qué medios las personas se ponen en contacto con este tipo de ayuda?

-Normalmente, las personas se ponen en contacto con nosotros a través de los medios públicos, aunque todo depende de la comunidad de la que hablemos. También hay servicios privados. Lo que debe hacer la gente es buscar en cada municipio los servicios de mediación que solicitan. Lo habitual es que las personas en su cultura todavía no tengan incorporada la solución que ofrece la mediación y se siga acudiendo al sistema judicial para la solución de los conflictos. Pero aún así, cada vez más personas conocen este medio y se lo recomiendan a otros conocidos. Ahora mismo lo que está funcionando es el boca a boca entre personas que han probado la mediación.

-La labor del mediador en algunas ocasiones puede confundirse un poco con la de un psicólogo, ¿qué diferencias hay entre el trabajo de los dos profesionales?

-Las dos figuras son diferentes y para las personas que acuden también es distinto. Un mediador puede ser tanto un psicólogo como un abogado... lo que busca son acuerdos. Las citas con los psicólogos parecen más personales, que una única persona tiene un problema, sin embargo con los mediadores es diferente, llegan a nosotros personas que tienen conflictos entre ellos. Los mediadores buscamos el diálogo entre más de una persona.

-¿Por qué aconsejaría usted que las personas acudieran a los mediadores en busca de la solución de sus conflictos?

-Lo recomendaría porque creo que es la manera más natural de resolver las cosas ya que se basa en el diálogo entre dos personas, es la manera más primitiva. Además produce menos desgaste emocional y también económico. La mediación persigue que las decisiones sea tomadas por los protagonistas para que cumplir lo que se ha decidido sea mucho más fácil para todas las partes.

-Además de ser mediador y psicólogo, es responsable del entrenamiento de mediadores de la Universidad Complutense de Madrid, ¿cuál es la primera lección que enseña a sus alumnos?

-Lo básico es que primero confíen en la capacidad de cada persona para encontrar las soluciones a sus propios problemas. La primera lección es la humildad, desde fuera no se encuentra la solución, la encuentran desde dentro, los propios protagonistas. Deben aprender a ayudar a las familias desde dentro.

-¿Y la segunda cuál sería?

-Es muy importante prepararse para ser una persona neutra e imparcial. Además de no poner en el trabajo tus propios valores si no que debes de buscar y usar los de los protagonistas del conflicto. No debemos implicarnos en los problemas de los demás.

-¿Todos los alumnos consiguen alcanzar la meta de llegar a ser buenos mediadores?

-No, no todos. Hay personas que no pueden superar la no implicación personal en los conflictos. No todas las personas que quieren pueden ejercer esta profesión ya que hay quien no puede dejar de sentir como suyos los problemas de los demás y hacen que les afecten a ellos personalmente. Los mediadores no deben dejar que los enfrentamientos les perjudiquen en su trabajo.

-Cada vez el uso de la mediación va en aumento por tanto la formación de los profesionales también...

-Sí, podríamos hablar de que estamos en un momento de auge. La formación va en aumento e incluso a veces podríamos decir que es demasiada la gente que se apunta. Es una profesión que resulta atractiva para personas que acaban sus estudios universitarios. La mediación se ve como un recurso útil, hay muchos programas de formación y también mucha demanda de estos cursos. Esto es positivo porque así más personas conocen nuestro trabajo.

-Comenta que los problemas de familia son los que más demanda la mediación pero, ¿más concretamente qué tipo de conflictos son los más comunes?

-Sí, los problemas en el nexo familiar son los que ocupan la mayor parte de nuestros servicios. Los problemas de convivencia entre los adolescentes y los padres son los más comunes. Dificultades de comunicación.

-¿Quiénes son los que buscan su ayuda?

-Son los padres los que buscan solucionar los problemas. Es un proceso voluntario al que posteriormente se les invita a los niños a participar pero los hijos son más reacios porque piensan que se apoya más a los padres pero esto no es así, es un diálogo.

-Algún caso que pueda ejemplificar este tipo de ayudas...

-Llegan familias que tienen problemas porque antes eran más restrictivos y pasan a ser más permisivos. En esa etapa cambian los horarios o las normas de la casa, los niños no lo comprenden y los padres no saben qué hacer.

-Cuando los padres y los hijos no se ponen de acuerdo, ¿qué se debe hacer en estos casos?

-Se invita a los niños a participar en las sesiones, y a través de un diálogo entre ambos, con nuestra presencia como mediador llegan a un acuerdo. En estos casos lo que conseguimos es que entre padres e hijos marquen unas pautas y unas normas básicas de convivencia. Al conseguir que estas normas sean propuestas por las dos partes que están en conflicto es mucho más fácil que tanto padres como hijos las cumplan mejor, son ellos los que se comprometen.