La conversión del Pazo Baión, en Vilanova de Arousa, en uno de los centros enoturísticos más importantes de Galicia y de España ya ha avanzado un escalón más, y en él ha tenido mucho que ver la administración local, al aprobar la modificación puntual en las Normas Subsidiarias por la que se permite una actividad hostelera en las denominadas como fincas singulares. La ordenanza, que recibió el apoyo unánime de todos los grupos políticos, se centra sólo en enclaves con un alto valor cultural y arquitectónico, como son pazos o edificaciones señoriales emplazadas en grandes parcelas, como es el caso del emblemático edificio.

La modificación fue solicitada por la bodega Condes de Albarei después de adquirir en subasta pública el pazo, al que se unieron otros particulares para diseñar un proyecto hostelero en otro inmueble con un alto valor arquitectónico, como es el pazo de Guisasola, en la parroquia de San Miguel de Deiro. Aunque en las Normas Subsidiarias cuentan con una especial protección, dictaminada también por Patrimonio, el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, considera "lógico este cambio, ya que casas de las dimensiones del pazo de Guisasola son muy complicadas de mantener si no se recurre a un proyecto para el alojamiento de turistas". Por eso, afirma el regidor, la intención de esta modificación puntual es "abrir las puertas a que se puedan sumar otras de las edificaciones singulares que hay en el municipio, evidentemente, cumpliendo una serie de requisitos indispensables como son la máxima protección de sus particulares características urbanísticas".

Tras la modificación, el siguiente paso a dar para hacer realidad los dos proyectos, entiende el regidor, "es la concesión de licencia municipal, algo en lo que este Concello también está dispuesto a colaborar".

Las dos fincas tienen un proyecto relacionado con la puesta en valor del patrimonio y enfocado hacia el turismo, ofreciendo una importante propuesta cultural, arquitectónica y ambiental.

El pazo Baión es el proyecto más ambicioso, ya que la bodega Condes de Albarei quiere borrar por completo los vínculos con el narcotráfico y convertirlo en un referente enoturístico, además de aprovechar las más de 22 hectáreas de viñedos para elaborar los mejores caldos de la comarca de O Salnés.

El proyecto de reforma integral del pazo y de su finca fue elaborado por el arquitecto César Portela, y tiene un presupuesto de más de tres millones de euros centrándose en dos aspectos diferentes.

El urbanístico trata de crear no sólo espacios de visitas, donde será posible conocer el proceso de elaboración del vino y probar el resultado final, sino de habilitar también senderos naturales, áreas de descanso y miradores para que los turistas disfruten de una jornada al aire libre. También está previsto crear un área para la celebración de congresos. La reforma del pazo podría iniciarse en los próximos meses.

En lo que respecta al vitivinícola, el objetivo de Condes de Albarei es elaborar un vino albariño de alta gama que ya ha comenzado a comercializarse en los mercados más importantes.

Pazo Guisasola

En lo que respeta al pazo de Guisasola, situado en una finca de 9.000 metros cuadrados, el objetivo de los propietarios es rehabilitarlo para convertirlo en un hotel de turismo rural muy próximo a la playa y a zonas tan atractivas como Lobeira.

Vilanova carece de Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) debido a que se encuentra pendiente de resolución judicial, por lo que hubo que recurrir a una modificación puntual de las obsoletas Normas Subsidiarias de 1997, en la que no se contemplaba la posibilidad de este tipo de usos para las fincas singulares.

Convertir un emblema del narcotráfico en un referente turístico fue el motor de este cambio que no sólo va a beneficiar al pazo Baión sino a otras edificaciones.