Ha hecho falta casi un año para que los vecinos de la parroquia de Rubiáns y el Concello de Vilagarcía hayan llegado a un acuerdo en lo referente a la remodelación integral de la conocida como Praza do Souto. Representantes de la asociación vecinal encabezados por el presidente, Xurxo Abuín, se personaron como tenían previsto ayer en el registro del Concello para presentar las más de 700 firmas que ratifican la oposición del colectivo al último proyecto presentado por Ravella para la controvertida plaza y que fue adjudicado el pasado lunes.

Las firmas no fueron más que un último empujón a las protestas que se iniciaron en diciembre del año pasado y que, según ratificó Xurxo Abuín, han llegado a buen puerto.

El viernes a última hora de la tarde el representante vecinal se reunía en Ravella con el edil de Xestión do Territorio, Marcelino Abuín, y con el concejal nacionalista Xosé Castro Ratón para acercar posturas sobre el proyecto. La reunión, según el representante de Rubiáns, quedó en tablas y en ella los presentes se emplazaron a un nuevo encuentro el próximo martes en el que se evaluarán los aspectos técnicos del proyecto de cara a modificarlo para poder así elaborar lo que se conoce como Plano Redactor.

Claves del cambio

En el encuentro, y según fuentes municipales, Marcelino Abuín apuntó la intención del Concello de dotar a la Praza do Souto de un parque infantil, una iniciativa que según el socialista "ya estaba prevista antes de la redacción de este proyecto".

Del mismo modo el gobierno local recogerá en el informe propuestas razonables de los vecinos como la del mantenimiento de un camino público de acceso a la plaza.

Las reivindicaciones de la asociación en lo referente a la recogida de pluviales también quedarán especificadas en el nuevo Plano Redactor, tal y como aclararon desde Ravella.

Ahora, y emplazados hasta la reunión del martes, quedan por determinar los aspectos técnicos relativos a detalles concretos que, no obstante, están prácticamente matizados. Es por ello que en la reunión estará presentes, además de los representantes vecinales y políticos, personal del servicio técnico municipal.

Xurxo Abuín suavizaba ayer el tono de protesta utilizado en los últimos meses en la gestión de las mejoras en la Praza do Souto y señaló que "es hora de sentarse a negociar y hablar sobre el asunto". Aclaró que "se acabó, al menos por ahora, el tiempo de cacharradas, de protestas mediante caravanas de coches en el centro de Vilagarcía y cortes de carretera" y animó a los políticos municipales a seguir por "el camino del diálogo y del buen entendimiento".

Aspectos legales

El presidente de la asociación de vecinos de Rubiáns aclaró que, a día de hoy, todavía es posible cambiar el contenido del controvertido proyecto porque "no está aprobado definitivamente".

De todas formas, los vecinos se muestran muy satisfechos, al menos por lo de ahora, tras la cesión del Concello en cuanto a la superficie pavimentada prevista para la Praza do Souto. Los vecinos protestaron en su día porque el proyecto del Concello no contemplaba un espacio adecentado suficiente como para que, cuando son las verbenas, pudiesen acomodarse sin problemas los palcos de lasorquestas.

También se ha llegado a un acuerdo primigenio en cuanto al material utilizado para la pavimentación que los vecinos reclaman que sea en piedra y no en hormigón.

De todos modos, será el martes cuando todos estes matices queden definitivamente aclarados.

Más Plan E

Los vecinos de Rubiáns no serán, según el Concello, los únicos beneficiados de las inversiones incluidas en el conocido como Plan E. La pretensión del gobierno vilagarciano no es otra que la de que todas las parroquias reciban una atención personalizada en cuanto a infraestructuras y mejoras paisajísticas.

A lo largo de 2010, el Concello financiará a través del conocido Plan varias actuaciones de recogida de pluviales en el rural. En la misma línea está prevista la inclusión en la financiación de proyectos con tendencia a reducir el impacto de las grandes infraestructuras en las zonas, como puede ser, por ejemplo, la puesta en marcha del tren de alta velocidad y sus posibles repercusiones.

El Concello de Vilagarcía tiene en mente la promesa realizada el pasado jueves por el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, que explicó que para el próximo año la ejecutiva central tiene previstas inversiones cercanas a los cinco millones de euros en la capital arousana.

Cortes de tráfico, movilizaciones e intensas asambleas

El 22 de diciembre de 2008 los vecinos de Rubiáns hacían pública su oposición a las propuestas del Concello vilagarciano en lo referido al reparto de subvenciones para mejorar las infraestructuras del municipio. Empezaban meses cargados de reuniones a dos bandas, de protestas en plena calle e incluso de un atisbo de cisma en el seno del propio gobierno bipartito. La Praza do Souto se convirtió en apenas dos semanas en el símbolo de una lucha interna y externa. Interna porque enfrentó durante un tiempo a los socialistas de Marcelino Abuín y a los nacionalistas de Castro Ratón que se enfrentaron a sus socios mayoritarios en favor de los vecinos de Rubiáns. Externa porque simbolizó una lucha en las calles que hacía años que no se vivía en la capital arousana. Xurxo Abuín encabezó movilizaciones, cortes de calles y entregas de firmas multitudinarias en el registro del Concello. Además, consiguió lo que para muchos parecía imposible: sentar en la misma mesa a los líderes de los partidos políticos representados en la Corporación un domingo por la tarde.

Sus argumentos fueron cuajando poco a poco en las pretensiones del gobierno local que no veía nada claro lo que los vecinos tenían en mente para la Praza do Souto.

Casi un año después lo han conseguido. Xurxo Abuín anunciaba ayer el abandono "del conflicto" y la toma en consideración de un diálogo que no ha hecho más que comenzar.

Lo cierto es que son muchos los afectados que no acaban de ver acabada la Praza do Souto tal y como ellos la conciben. Según los plazos establecidos por el Estado central, esta debería estar finiquitada en 2010. Ahora, la lucha por un proyecto consensuado está en marcha.