La suerte está echada. O Grove quiere avanzar de aquí hasta 2015 para convertirse en un municipio puntero, moderno, diferenciado y competitivo. La estrategia está clara, al igual que las líneas maestras a desarrollar, y en ellas coinciden todos, tanto políticos como empresarios y los colectivos sociales.

A la espera de que el paso del tiempo diga si se consiguen los objetivos marcados o no, lo cierto es que O Grove dispone de mimbres suficientes, y las claves para darle un vuelco en los próximos cinco años se marcan con el Plano Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), con el informe presentado para defender la singularidad del pueblo ante la Lei do Litoral y con el “Diagnóstico económico y empresarial” elaborado en su día por la Escuela de Negocios Caixanova y la Asociación de Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes). En esos documentos se desmenuzan las potencialidades actuales de la localidad y las líneas a seguir para explotarlas al máximo.

Los objetivos

De este modo, y según las previsiones de Caixanova y Emgrobes, en el año 2015 podrá decirse, sin margen de error posible, que “O Grove es accesible para la actividad económica, es un pueblo ordenado, hace valer su amplio espacio protegido, la actividad empresarial cuenta con adecuadas infraestructuras, la industria de productos del mar es la principal fuente de riqueza y las empresas han hecho grandes esfuerzos en mejorar su infraestructura de gestión”.

Según el mismo plan estratégico, dentro de cinco años, O Grove puede ser un Concello “con imagen y marca” propias donde el mar esté “en todo y detrás de todo”; un pueblo “con actividades náuticas y de acercamiento al mar” donde el turismo cuente “con empresas de primer orden” capaces de reducir la estacionalidad aportando una oferta diferenciadora.

En 2015, añaden Emgrobes y Caixanova, será posible asegurar que “el comercio se ha esforzado en presentar una nueva imagen y modernizarse, cooperando y vinculando su oferta al sector turístico y a la actividad hostelera”.

¿Es posible lograrlo? Los empresarios creen que sí, aunque para ello será preciso desplegar acciones que mejoren la accesibilidad y favorezcan la movilidad interna, al igual que será necesario crear infraestructuras y servicios para la industria y desarrollar una oferta turística diferenciada.

A este respecto, el plan estratégico propone varios cientos de ideas o iniciativas concretas, y en todos los ámbitos. A modo de ejemplo puede citarse la indiscutible apuesta por la consecución de un puerto deportivo, el cual debe ser “moderno, bien dotado y con suficientes amarres tanto permanentes como de tránsito”.

Paralelamente, se defiende la construcción de nuevas y abundantes rampas de acceso al mar, para permitir su uso por parte de pequeñas embarcaciones. Todo ello va a contribuir, cree Emgrobes, a potenciar la actividad náutica, como lo hará el fomento de la vela ligera, el kayak, el surf y otras muchas actividades semejantes.

Adaptar antiguas instalaciones actualmente obsoletas o en desuso, tales como salazoneras, rederías y viejos astilleros, poner en marcha iniciativas en las playas para difundir la náutica y favorecer la instalación de empresas orientadas a la prestación de servicios náuticos son otras propuestas de futuro válidas para O Grove. Como lo es apostar por las escuelas deportivas, organizar regatas, revalorizar la Estación Náutica Rías Baixas e incluso crear en Punta Moreiras un parque temático de ocio que complemente la oferta actual del acuario y el museo de la salazón.

En todo ello también debe jugar un papel destacado el comercio local, para el que se reclama una imagen corporativa común y el desarrollo de campañas promocionales orientadas a captar clientes foráneos, tanto en los fines de semana como en las épocas vacacionales.

Industria

Y cuando se habla de comercio debe hacerse también de industria, de ahí la apuesta por el desarrollo de un “Plan de Mejora de las Empresas” que se complemente con un estudio de las necesidades formativas de cada una de ellas y la profesionalización del sector.

Paralelamente, y así se hace constar en el informe consensuado por políticos y colectivos para defender la singularidad territorial, O Grove debe aprovechar proyectos ya en marcha u otros de pronta ejecución, tales como la segunda fase de regeneración de A Lanzada, el Proxecto de Inversión Ornitolóxica (PIO), la prolongación del paseo marítimo Pedras Negras-Con Negro, el paseo entre Punta Moreiras y Virxe das Mareas e incluso la ampliación del Centro de Interpretación de la Pesca y la Salazón (CIPES), popularmente conocido como Museo de la Salazón.

Ni que decir tiene que es fundamental luchar contra la degradación del litoral, y en este apartado debe jugar un papel determinante la construcción de la estación depuradora de aguas residuales, pero también la transformación del barrio de Virxe das Mareas o la mejora de la playa urbana de Rons y de la fachada marítima de la avenida del Teniente Domínguez.

Otro frente a tener en cuenta es el de erradicación de vertidos, como los que puntualmente ocasionan las industrias conserveras o los que se achacan a las actividades acuícolas en Ardia, a la depuradora de San Vicente y a la estación de pretratamiento de aguas residuales situada en O Corgo.

Todo ello, y mucho más, debe servir para transformar y valorizar un Concello que se define como turístico y empresarial y que aspira a consolidar estos valores y a potenciar sus sectores productivos.

Es una localidad que desea mejorar la red de servicios, la accesibilidad y la oferta turística, pero también un municipio que pretende incentivar el tejido empresarial y la actividad económica derivada del mar.

Así consta en las alegaciones al Plan do Litoral, donde se define a los elementos naturales y al paisaje como “señas de identidad” del municipio, y en el que se presume de “ventajas” como la de disponer del “centro de interés turístico nacional” que constituye la isla de A Toxa.

Pero desde O Grove presumen también, y pueden hacerlo, del patrimonio natural que encierra A Lanzada, de la náutica deportiva, del patrimonio marítimo-cultural y de la actividad pesquera, marisquera y acuícola.

La península meca tiene por tanto una singularidad geográfica, social, cultural y patrimonial que hay que proteger y potenciar para, en el horizonte de 2015, situar a este territorio en el tren del progreso y acabar de una vez por todas con la deuda histórica que padece. Conseguirlo requiere, inevitablemente, que se sigan las líneas estratégicas marcadas.