El Tribunal Superior de Xusticia de Galicia (TSXG) pone fin a seis años de incertidumbre y dicta una sentencia en la que desestima el recurso presentado por la empresa Remosil Catoira S.L., que pretendía utilizar la Lagoa de Pedras Miúdas, formada de manera natural en una vieja cantera, para habilitar en ella un vertedero de escombros.

De este modo el alto tribunal salva dicha laguna, que durante este largo proceso judicial fue declarada por la Xunta como Espacio Natural de Interés Local y para la que tanto el Concello de Catoira como la Comunidade de Montes de San Miguel tienen planes de futuro, que básicamente pasan por potenciar este enclave natural y convertirlo en zona de recreo y refugio para la flora y la fauna.

Precisamente el Concello y los comuneros figuraban como codemandados en la actuación judicial iniciada por Remosil contra la Consellería de Medio Ambiente, que en su día frenó la instalación del vertedero.

Pero el TSXG avala las tesis de los demandados, al concluir que el aspecto paisajístico, que define como "esencial", y "el posible desarrollo biológico de la zona, tanto animal como vegetal", son argumentos que justifican "la declaración negativa de impacto medioambiental" que en su día llevó a Medio Ambiente a archivar la solicitud del vertedero, y esto es tanto como decir que hay sobrados motivos "para desestimar el recurso", esgrime la sala.

En su argumentario, tras escuchar a las partes y recabar todo tipo de informes, el TSXG esgrime que Pedras Miúdas "no constituye una charca grande de agua estancada", pues al contrario de lo que sostenía Remosil "recibe afluencia (de agua) no sólo de lluvias, sino de filtraciones que se aprecian en las paredes de piedra del entorno, y no cabe excluir la posibilidad de otras aportaciones por manantiales internos, ya que se confirma que ha mantenido su nivel incluso en épocas de sequía".

Además, "no es cierto tampoco que el agua de la laguna no sea apta para soportar vida vegetal y animal, y si bien no es apta para el consumo humano sin el debido tratamiento previo (de potabilización), no es menos cierto que presenta otros posibles usos", como el baño.

El alto tribunal suma a estos razonamientos que "aún siendo cierto que la recuperación biológica actual del terreno presenta signos de fases iniciales de desarrollo de las comunidades biológicas", esto no justificaría el proyecto de vertedero de escombros.

Es más, "aunque en la actualidad el valor del desarrollo biológico sea prácticamente nulo, la ejecución del proyecto (vertedero) destruiría esos valores e impediría la implantación de una serie de hábitats destinados a incrementar la diversidad biológica en la zona con el paso del tiempo".

Y es que, tal y como señalan los informes a los que alude el TSXG, "pese a que la cantera se encuentra en un estado de recuperación primaria, la potencialidad para la regeneración de nuevos hábitats y el incremento de la diversidad biológica serán mayores en el caso de conservarse la laguna en la situación actual".

En el mismo sentido, y dado que se pretendía rellenar con escombros de obra la vieja cantera, secando la laguna para después cubrir el hueco con tierra fértil y plantar árboles, el TSXG esgrime que con esa acción tan solo se planteaba una recuperación del espacio "desde un mero aspecto morfológico o topográfico, pero en modo alguno está prevista su reversión al aspecto paisajístico que tuvo en su momento la zona, ni tan siquiera al aspecto que presenta en la actualidad la parte de monte no afectada por la cantera, aún después de haber sufrido los incendios acaecidos durante la tramitación del presente proceso", en el año 2006.

Lo que pretendía Remosil "tan solo plantea la posibilidad de recubrir la superficie, una vez colmatado el hueco y desniveles actuales (...) prescindiendo de los valores naturales y paisajísticos presentes en el ámbito".

A grandes rasgos esto es lo que plantea el TSXG para satisfacción de la comunidad de montes que preside Luis Rey, quien considera el fallo desestimatorio del recurso como "un éxito de todo el pueblo de Catoira", el mismo que hace años recogió firmas, presentó escritos y organizó protestas a pie de laguna para exigir su preservación. La anterior directiva comunal había cedido la cantera a Remosil para el vertedero, pero aquella cesión se cuestionó y los nuevos dirigentes supieron reconducir la situación para salvar la laguna.