El sector mejillonero se prepara para afrontar un año atípico en cuanto a ventas, que de hecho ya lo está siendo. La cantidad de producto disponible en el mercado varia mucho dependiendo de la zona de producción, y también de la organización que lo trabaje, pero todo indica que va a haber muchos momentos de escasez de molusco e incluso ausencia casi total.

Una de las razones es que la campaña “va mucho más retrasada de lo habitual”, tal y como indican en el sector, de ahí que a estas alturas esté empezando a arrancar tímidamente un proceso que otros años ya tendría que estar avanzado, como es el de recolección de la mejilla -la semilla del mejillón- y su encordado, es decir, el proceso por el que se sujeta ese minúsculo mejillón a las cuerdas de la batea cubriéndolo con una fina red biodegradable.

El hecho de que aún empiece ahora la recolección y encordado -incluso tímidamente- hará que se retrasen también las operaciones de desdoble, que es el proceso mediante el cual el mejillón de cada cuerda, una vez alcanzado cierto tamaño, es reencordado en dos o tres soportes más para distribuir el peso y que pueda seguir creciendo hasta alcanzar la talla comercial. Y en consecuencia, si el desdoble se retrasa se frena también la obtención de mejiillón apto para su venta.

Al margen de esto, surgen más problemas: La mejilla es muy escasa, los temporales de enero tiraron al fondo del mar buena parte de la producción y los parones del año pasado a causa de la guerra en los muelles ralentizaron tanto la campaña que a estas altura hay gente realizando los desdobles que tenía que haber efectuado en agosto. Y es que, como indican en el sector, “tres meses de parón en tierra equivalen a seis meses perdidos en el mar”.

Con estos antecedentes, y teniendo presente que los que ahora desdoblan sus cuerdas pueden estar sin mejillón comercial hasta febrero de 2010, es lógico pensar que 2009 será un año de poco mejillón, y de hecho parece que a estas alturas ya hay cocederos con problemas evidentes para encontrar molusco, ya que éste no obtiene el rendimiento necesario en muchas bateas, es inexistente en otras y está siendo sustituido por la mejilla en las demás.

Por si esto fuera poco, que exista escasez o que la producción llegue tarde significa también que cuando empiece a sacarse mejillón de las bateas se recoge todo junto, y de nuevo habrá saturación, caídas de precios y enfrentamientos, de ahí que las fuentes consultadas auguren “momentos muy complicados”.

Lo que muy pocos entienden dentro del propio sector es que con los difíciles tiempos que se avecinan, y sobre todo ante la escasez de mejillón detectada, sigan aplicándose descuentos de hasta el 30 por ciento en las ventas a determinados clientes, lo cual, unido a la reducción habitual, hace que se esté vendiendo mejillón con descuentos superiores al 50%, y eso a pesar de que hay poco y que a lo largo del año puede haber todavía mucho menos.

Hay incluso cocederos, que son los principales beneficiarios de ese espectacular descuento, que no comparten esa medida, a pesar de ser ventajosa para ellos. Y es que saben que lo que es pan para hoy puede ser hambre para mañana.