Fernando Cobo, profesor titular del departamento de Biología Animal de la Universidad de Santiago de Compostela, es el director del Centro de Hidrobiología que la Universidad posee en el embalse del río de O Con, ubicado en Castroagudín (Vilagarcía). La intervención del centro fue clave en la crisis origina por el incendio de Brenntag y en los problemas de potabilidad descubiertos tras ella. Hace tan solo unas semanas, Cobo se vió envuelto en una polémica con la Xunta, precisamente, por no estar de acuerdo con el resultado del análisis realizado desde Medio Ambiente. El profesor hizo público un contraanálisis que obligó a la administración a reconocer que había microcystis en el embalse tan sólo unas horas después de descartar su presencia.

- Hay ciudadanos que se sienten más tranquilos al saber que la Universidad controla la veracidad de los análisis...

-Me alegro, pero reconozco que en aquel momento me sentí muy decepcionado con la actitud de los políticos. A excepción del grupo municipal de IU, que se decantó por defendernos alegando que nosotros no teníamos nada que ocultar, los demás evitaron implicarse en este tema a pesar de que es para eso para lo que están. Los universitarios estamos para mover conciencias pero ellos tienen que mover a la sociedad y, en cambio, todos miraron hacia otro lado.

- Es alarmante que el mismo día que Medio Ambiente garantiza que no hay microcistys en el agua, usted presente análisis que demuestran todo lo contrario...

- A mí lo que me sonroja, lo que realmente me preocupa, es que en los primeros momentos los técnicos de la Xunta demostraron bastante desconocimiento sobre el tema. ¿Cómo se puede decir que la cianobacteria presente en el embalse no es Microcistys, que es Staurastrum? Y luego, cuando reconocen que sí hay Microcistys, añaden que "sólo está en la cola del embalse, pero no en la columna de agua", ¡Cómo si eso fuera bueno!. Subrayar eso es desconocer que las afloraciones de cianobacterias son más peligrosas cuando se concentran, porque forman espuma. A mí, lo que realmente me preocupa es ese total desconocimiento que demostraron. Porque quiero pensar que es desconocimiento y no mala fé...

- Parece usted enfadado con las autoridades...

- Es que la duda ofende y en cuestiones profesionales más...

- ¿Cree usted que la Xunta dudó de su profesionalidad?

- Claro que sí. Yo dije que en el embalse había Microcystis, subrayando desde el primer momento que no había liberado la toxina, pero ellos lo negaron. Es como si le dices a alguien que le va a morder un perro y ellos sostienen que es un gato cuando tú estás viendo al perro delante de tus narices. Para mí que me digan que no sé distinguir la Microcystis de la Staurastrum es como decirme que no sé diferenciar un perro de un gato. Es una ofensa hacia mí y hacia la gente que lleva 28 años trabajando conmigo. Y la hace alguno que llegó ayer y que se basa en los artículos que lee en internet.

- ¿Cree usted, entonces, que los vilagarcianos tienen motivos para alarmarse?

- No. Insisto en que nosotros fuimos los primeros que dijimos que el alga no había liberado la toxina. Que estaba la cianobacteria pero no la toxina. Yo no quería alarmar. Sólo advertir del posible riesgo que supone la presencia del alga porque la Xunta nos había dicho que tenía intención de encargarnos el seguimiento de la crisis de Brenntag ya que éramos quiénes mejor conocíamos el Umia. Pero al final no nos llamaron.

- Y si la Xunta le dejó al margen ¿por qué decidió usted hacer análisis distintos a los de ellos?

- Pues los hice igual porque esto no es un juego. La cianobacteria no es broma, y ya hay muchos antecedentes en el mundo que lo demuestran.

- Pero el agua que llega a la población ¿es o no potable?

- Eso no me corresponde a mí decirlo. Cuando aparece la cianobacteria hay que extremar precauciones y supongo que, ahora que ya demostramos que está ahí, lo estarán haciendo. La población no tiene que preocuparse porque las autoridades están alertadas.

- La verdad es que no demostraron mucha celeridad en este caso. Si no llega a estar el centro hidrobiológico de la USC en Vilagarcía, nunca nos hubiésemos enterado de que la microcistina volvía a estar ahí.

- Ese es el problema. Presumen de haber puesto en marcha un dispositivo de 600.000 euros, con cientos de personas trabajando y la primera vez que hay que darse cuenta de algo, no se enteran. Y además, cuando se lo adviertes, lo niegan y me atacan. Mientras, los grupos políticos miran para otro lado porque están muy ocupados preocupándose por negociar quién gobierna los ayuntamientos.

- Qué desastre...

- Pues sí, es un desastre. Es como la película de Erin Brockovich que vamos a proyectar la próxima semana en el centro. A nuestros gobernantes los intereses políticos les preocupan más, les parecen más importantes que el problema del agua y se gastan una porrada de dinero en un dispositivo que cuando tiene que dar la alarma no la da. Y cuando se le ayuda, niegan el problema.

- ¿Por qué cree que la administración no cuenta con un equipo de profesionales ligados a la Universidad, como el suyo, para un tema de tal gravedad?

- Creo que no lo hacen porque soy políticamente incómodo, Porque saben que yo voy a decir lo que dicen los análisis sin trucos.

- ¿Pero se puede trucar un análisis?

- Pues le cuento "un truco" que usó Medio Ambiente en los últimos análisis sobre la microcystis. Para conocer si es grave la presencia de cianobacterias en el embalse se mide el número de células por mililitro. Pero las células están agrupadas en colonias, una especie de racimos y para contalas bien lo primero que hay que hacer, según el protocolo de análisis, es romper el racimo y contar cada célula. Es como si fueran uvas: si lo que quieres comprobar es cuantas uvas tienes, no puedes limitarte a contar los rácimos. Pues bien, ellos hicieron público el número de colonias sin hablar de células. Es decir, hablaron de racimos por mililitros y no de uvas.

- Vamos, que los datos que dieron no indican si la presencia es alarmante o no.

- La fórmula usada es un engaño a la población porque das el número de colonias y no el de células. Yo veo esto en las notas oficiales y me enfado mucho, pero porque sé del tema. A mí no me engañan pero un ciudadano que no sabe nada está siendo engañado sobre el estado del Umia.

- ¿ Y por qué cree que la Xunta pretende engañar a la población? ¿Quizá para ocultar una mala gestión?

- No lo entiendo. Es absurdo porque la construcción del embalse es anterior a este gobierno. La Xunta no tiene la culpa de la presencia de la bacteria. Es culpa del embalse y de su contaminación. Así que era el momento de que le dijesen a la Universidad de Santiago: ¿nos ponemos manos a la obra y arreglamos esto?

- ¿Esto todavía tiene arreglo? ¿Podría usted darles una solución, ayudarles?

- La verdad es que si ahora quisieran mi opinión sobre como hacer la depuración, sobre como solucionar el estado del embalse, me la tendrían que pedir por escrito. El año pasado, durante la crisis de Brenntag, mi ayuda fue constante pero después del trato recibido, ¿qué quiere que le diga? La verdad es que estoy molesto.