Vecinos de la parroquia de A Laxe han solicitado tanto al Concello de Vilagarcía como a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia que les dé información detallada sobre la emisión de residuos que, a tenor de su actividad, emite a la atmósfera la firma Metalgráfica Gallega SA, "Megasa", ubicada a la entrada de la ciudad.

Aunque la petición está siendo canalizada en la actualidad a través de la asociación de vecinos que preside Víctor Fernández, la preocupación de los residentes se inició mucho antes.

Ya en el año 2005, un grupo de residentes en este lugar remitió sendas cartas al Ayuntamiento y a la Consellería de Medio Ambiente, basándose en la normativa 38/1995 que obliga a la administración a informar a cualquier ciudadano que lo solicite sobre cuestiones medioambientales que le afecten.

El concello les contestó diciendo que había transmitido su queja a la Consellería de Sanidad. Mientras, la Consellería de Medio Ambiente alegaba que no tenía datos recientes de la firma y subrayaba que ésta había empezado a usar gas natural como combustible.

Los vecinos, apoyados en técnicos, alegaron que el tipo de combustible no influía en la emisiones e insistieron en solicitar más datos. Finalmente, recibieron un informe que indicaba que la empresa, dedicada a la fabricación y estampados de envases metálicos, superaba en la mayoría de sus focos contaminantes los límites de emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV) recogidos en el Real Decreto 117/2003, pero que éste, que emana de una norma europea, no será de obligado cumplimiento hasta octubre de este mismo año siempre que entre esos COV no haya componentes cancerígenos.

Compuestos desconocidos

El problema, subrayan, es que el informe no indica que tipo de compuestos orgánicos volátiles emite Megasa y, por tanto, es imposible saber si son o no dañinos.

Los asesores de los vecinos subrayaron que más del 80 por ciento de los COV son tóxicos y, por tanto, temen que las emisiones de la fábrica no sean del todo inocuas. Por el olor apuntan incluso la posibilidad de que se emita fenol, una sustancia que tiene efectos perjudiciales para la piel y para los ojos. Y por inhalación tos, vértigos, dolor de cabeza o sensación de quemazón.

De todas formas insisten en que son meras sospechas que sólo pueden cotejarse a través de la realización de las pertinentes mediciones.

En ese sentido, los técnicos consideran que "cuanto antes se realicen las pruebas, antes sabremos el resultado y si se confirma que no hay sustancias nocivas, evitamos una innecesaria alarma social".

Los vecinos explican que las molestias se incrementaron en la última década: "No sabemos si cambió la producción o si se incrementó pero lo cierto es que la firma lleva muchos años trabajando y antes no había estas emisiones".

Un olor menos desagradable que el de celulosas

Los técnicos explican que las emisiones, aunque sean contaminantes, de fábricas del ramo de Megasa suelen crear menor alarma social que otras que, pudiendo ser incluso menos contaminantes provocan daños más perceptibles. Ponen como ejemplo las celulosas de Pontevedra y subrayan que no hay ningún dato técnico que avale que una metalurgia sea menos dañina "pero sí es cierto que su olor, como a barniz, es menos molesto que el de Pontevedra y por eso a la sociedad no le preocupa tanto".

En ese sentido, subrayan que el informe de Medio Ambiente considera"residuos peligrosos" los pastosos de barniz que fábrica produce en unas 20 toneladas al año: "Si consideran peligroso el barniz que se queda impregnado, es absurdo que no le den importancia al que se propaga por el aire", indican.

Los técncos también mencionan como residuos peligrosos, lodos acuosos con goma sellante, sosa, aceite usado o envases vacios contaminados.

Abogan por el traslado y rechazan el cierre

Desde la asociación de vecinos de A Laxe quieren dejar muy claro que su intención es que la firma empiece a adaptarse a la normativa europea que, de todas formas, tendrá que cumplir a finales del presente mes de octubre.

Sin embargo matizan que, de ninguna forma, aplaudirían un cierre de la fábrica pues son conscientes del importante número de empleos que genera en una localidad como Vilagarcía de Arousa: "Queremos dejarlo muy claro porque ya empieza a haber rumores de que la adaptación a la normativa europea es tan costosa que la firma podría optar por cerrar antes de adaptarse a ella. Pero no somos nosotros los que la obligamos a cumplir la ley, sino las administraciones. Nosotros lo único que queremos es que se garantice que los vecinos de la zona no estamos respirando ninguna sustancia contaminante", señalan lo miembros de este colectivo.

Fuera del casco

En ese sentido, consideran los portavoces vecinales que sería enormemente positivo que este tipo de fábricas abandonen el casco urbano y se trasladen a polígonos industriales.

De hecho, aseguran que el Ayuntamiento ya ofreció a la empresa Megasa terrenos en O Pousadoiro pero que la firma rechazó irse debido a la buena ubicación.

Consideran, por tanto, que no se trata de una cuestión económica pues el concello ya mostró su apoyo a este tipo de traslados con la recalificación de otras parcelas con asentamiento de industrias como la que recoge Lantero.

Los vecinos transmitieron su problemática al delegado provincial de Medio Ambiente que les instó a celebrar un nuevo encuentro con un técnico.