Los dos mil barcos arousanos vuelven al mar tras un paro "mal organizado"
A. G. / Arousa
Poco ha durado la medida de presión ejercida por las cofradías contra el Gobierno central por causa de la subida experimentada en los combustibles ya que en una reunión mantenida ayer, la Federación Galega decidió acabar con el paro y regresar a la faena. La decisión supone que unas 2.000 embarcaciones de la ría de Arousa regresan hoy a la faena tras dos días de paro en el caso de las cofradías de Pontevedra, o de cuatro, en el caso de Arousa norte.
En la jornada de ayer el parón fue prácticamente general ya que sólo dos cofradías salieron a faenar en la ría de Arousa, la de A Pobra do Caramiñal y la de Cabo de Cruz, a las que se unieron marineros de otros pósitos a título individual al entender que no tenía sentido continuar con el paro ya que se estaba perjudicando económicamente al propio sector marisquero que vive al día de lo que suponen sus capturas. Así lo entendieron también desde el colectivo de armadores Asoar-Armega que ya anunciaron el pasado sábado que sus socios saldrían a faenar aunque las cofradías continuasen con la huelga.
Calendario
De todas formas, las cofradías también dejaron claro durante la asamblea su disconformidad con la oferta presentada por el Ministerio de Pesca, una propuesta que no reuniría las condiciones mínimas que exige el sector para contrarrestar la importante subida experimentada por los carburantes, y se pondrán a trabajar en la elaboración de un calendario de movilizaciones.
De hecho, desde algunos pósitos anuncian que están dispuestos a imitar a sus colegas de Levante y bloquear algún puerto importante con sus embarcaciones como medida de presión para que la Administración central ceda a sus reivindicaciones. La medida que es segura es la realización de una manifestación en los primeros días de noviembre.
El patrón mayor de A Pobra, Manuel Maneiro, no dudó en calificar la convocatoria de paro como un "total despropósito". Maneiro cuestionó la forma en la que se han llevado a cabo las movilizaciones ya que "aínda que o obxectivo é importante, digno e xusto para o sector, as formas amosaron unha total desorganización, quedando totalmente desvirtuado". La pesca de bajura reúne a muchos segmentos que es prácticamente imposible poner de acuerdo. Es ahí donde podría encontrarse uno de los fallos para el patrón mayor pobrense que añade que "non podemos andar a xogar cos cartos da xente do mar".
Maneiro va más allá y reconoce que "saír a rebufo dos transportistas foi unha auténtica tontería porque aconteceu que a pesca quedou nun segundo plano cando estamos a reivindicar unha cousa importante para o sector, pero aquí non se fixo calendario de movilizacións nin nada de xeito"
En Vilanova, muchos marineros que pretendían abandonar las movilizaciones se encontraron con la lonja cerrada a cal y canto, lo que motivó un pequeño enfrentamiento con miembros de la Agrupación de Marisqueo a Flote a los que acusaban de no haber realizado la pertinente asamblea de consulta a los socios sobre el parón. La directiva culpó al patrón mayor, Eduardo Martínez, de esa decisión en la que ellos, afirman, nada han tenido que ver.
En A Illa, las más de 400 embarcaciones que pertenecen a su pósito permanecieron amarradas a puerto en la jornada de ayer, aunque tras el resultado de la asamblea de la Federación Galega, comenzaron a advertir a los mariscadores a través de un megáfono que el paro había finalizado y que podrían, a partir de hoy, regresar a la faena.
Algo similar aconteció en O Grove y Rianxo, dos cofradías que se sumaron al paro pero que hoy poblarán los diferentes bancos mariqueros incluidos en el plan de libre marisqueo de la Xunta de Galicia, como es el caso de Os Lombos do Ulla.
El patrón mayor de Rianxo, Baltasar Rodríguez, reconocía ayer que "a situación que vivimos éstes últimos días foi un tanto incómoda porque era duro estar en terra e ver como o resto de confrarías continuaban a traballar pese ao acordo da Federación Galega de parar". Aunque Rodríguez es uno de los más firmes partidarios del parón, argumentaba que "non se pode meter no mesmo saco aos barcos do cerco e ao marisqueo porque son realidades moi diferentes".
Francisco Iglesias, patrón mayor de O Grove, reconocía que "o parón fíxose de forma precipitada e non acadamos os obxectivos que se perseguían coa súa convocatoria".
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