El gobierno local ha salido al paso de las críticas realizadas por la familia Sánchez de Diego alegando que su postura tiene "fácil" explicación: "Es tan fácil como que los derechos y los deberes son iguales para todos los vilagarcianos. Los propietarios del Pazo se reunieron hace diez días con el edil responsable de Tráfico -Alejandro Quintela-, y se les explicó que, como vecinos, deben respetar las normas y dejar el coche fuera de las zonas delimitadas".

Mantienen que "la única excepción" para esta regla serán "los casos de urgencia y la carga y la descarga". Pero ni para esos casos se dará a la familia llave de acceso. Deberán avisar a la Policía Local que les quitará las cadenas: "Lo que no vamos a permitir es que pasen cuando quieran con un coche normal".

Es más, fuentes municipales anuncian que se sancionará a los propietarios por haber introducido durante los últimos días vehículos en el inmueble "haciendo caso omiso de la prohibición". Explican que fue por eso por lo que pusieron las cadenas: "entraban y salían sin importarles las señales y saltándose las vallas. De hecho, cuando colocamos las cadenas había varios vehículos dentro. Cuando llamaron a la Policía Local para sacarlos se anotaron sus matrículas". Temen que la infracción siga "porque otra vez hay coches dentro".

Las quejas de los dueños del Pazo se suman a los de la APA Filipense, aunque entre ambos colectivos hay una pequeña diferencia: El acceso al Pazo puede hacerse desde Castelao sin pasar bajo el arco, que el gobierno quiere preservar a toda costa.

Dueños y APA mantuvieron ayer una reunión pero quieren desvincular ambas reivindicaciones. Vista la rotunda negativa del concello con respecto al centro escolar -ya señalizaron la parada del bus en el entorno del mercado- no quieren perjudicar a sus vecinos: "A nosotros no nos molesta su reivindicación y no vamos a mezclar ambas cosas para hacer presión. Lo único que tenemos en común es lo emblemático de la zona. Eso sí, su proyecto nos parece muy bueno y les apoyamos", dice la APA.