Resumen 2024

El «annus horribilis» del marisqueo en la ría

Los trabajadores del sector cerraron sus bancos de trabajo durante meses por la mortandad del marisco y aún no se han recuperado

Mariscadoras en la ría de Pontevedra.

Mariscadoras en la ría de Pontevedra. / Gustavo Santos

El año 2024 puede entrar en los anales del marisqueo en la ría de Pontevedra como el peor de su historia. Las fuertes lluvias del otoño anterior redujeron la salinidad del agua y provocaron una gran mortandad del marisco que llevó al sector a paralizar la actividad durante meses. En el caso del marisqueo a pie hasta finales de julio y el de a flote prácticamente todo el año, hasta diciembre.

La decisión de cierre por causa de fuerza mayor llevó a solicitar a la Xunta la ayuda por el cese de actividad, pero las repercusiones fueron mas allá, con un ERE temporal en la lonja de Campelo, principal punto de venta de almeja en toda la ría, que se pasó gran parte del año sin buena parte de su actividad, lo que derivó en una caída casi total de ingresos.

Llegó a perder casi un 90% de facturación, con una reducción de más de cuatro millones de euros en los ocho primeros meses del año, periodo en el que se distribuyeron 46.600 kilogramos de marisco, casi 300.000 menos que en el mismo período de 2023, lo que se traduce en una facturación de 743.000 euros, muy por debajo de los 4,8 millones que se movieron en el ejercicio anterior.

Durante los meses de parón se dedicaron a tareas de limpieza y retirada de algas, así como a resembrar cría, con la esperanza de recuperar un sector que ya estaba algo tocado por el retraso del antiguo plan de dragado de la ría, que no acaba de llegar.

En pleno parón, en abril, los afectados llegaron a manifestarse. Unos 400 profesionales del mar de las rías de Pontevedra, Arousa y Vigo se movilizaron “por la dignidad laboral” del sector porque «no queremos vivir de subvenciones, eso es pan para hoy y hambre para mañana».

El regreso de las mariscadoras de a pie a los bancos, a finales de julio, fue mejor de los esperado, pero sin un exceso de optimismo, ya que en otoño volvieron las fuertes lluvias. Peor aún fue el reencuentro de la flota con sus bancos, que no se hizo efectivo hasta principios de diciembre. Fueron once meses de cierre, si bien el sector de a flote dispone de otras especies a las que acudir en este «Annus Horribilis» para el sector.

El regreso, a principios de diciembre, comenzó en Poio, con resultados «nefastos» y a la semana siguiente se acudió a Praceres, en otra jornada calificada de «desastrosa».

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