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El mundo es de Messi

Argentina conquista en el polémico Mundial de Catar su tercer entorchado en un torneo que acabó por encumbrar al rosarino y en el que España sufrió un duro revés al caer en octavos

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

El guion del Mundial de Catar, podrido en su origen por la elección de un país donde no se respetan las libertades esenciales, guardaba lo mejor para el final, para su última entrega. La coronación de Argentina en una final épica frente a Francia quedará en la memoria de todos los amantes del fútbol por ser la más dramática y hasta inverosímil de la historia. El equipo de Scaloni, que arrancó con una trágica derrota ante Arabia Saudí que pareció condenar sus opciones, fue creciendo durante el torneo hasta plantarse en la final frente a la Francia de un majestuoso Mbappé. Ganaron los argentinos en la tanda de penaltis después de que el partido acabase en empate (3-3), tras un intercambio de golpes entre Messi y Mbappé. La tanda final coronó a Argentina, campeona 36 años después de que lo fuese en México de la mano de Maradona. Ahora Messi consigue completar su palmarés y situarse en el altar del fútbol argentino por fin a la misma altura que “el Diego”.

El Mundial fueron muchas más cosas. Fue el de grandes sorpresas (Marruecos, para bien; Alemania, otra vez, para mal), el que más goles gritó (172, uno más que Brasil 2014 y Francia 1998) y, claro, tuvo la definición más dramática de las que se haya registrado desde que se disputa el torneo.

Más allá del título de campeón (el único que le faltaba al argentino de todas las competencias que disputó, tanto a nivel clubes como selección), Messi ganó el premio al mejor jugador. Y en Qatar se quedó con varios récords: es el jugador con más partidos en Mundiales (26); el que más veces fue capitán en la competencia (20) y uno de los ocho futbolistas en haber disputado cinco Mundiales.

Los jugadores de la selección, durante la tanda de penaltis ante Marruecos.  | //

Los jugadores de la selección, durante la tanda de penaltis ante Marruecos. / Efe

Para desgracia de la afición española, el Mundial no fue el “La Roja” como tanto le gustaba llamarla a su seleccionador. España se dio un serio batacazo en el torneo que acabó por echar el cierre a la etapa de Luis Enrique al frente del equipo. El arranque apabullante frente a la débil Costa Rica (7-0) continuó con el empate frente a Alemania (1-1) y la derrota ante Japón (1-2). Eso llevó a España a un duelo de octavos de final ante Marruecos que acabó en tanda de penaltis tras el 0-0 y en el que los lanzadores españoles estuvieron a un nivel ridículo. Un adiós precipitado, un fracaso estrepitoso de Luis Enrique y de su polémica lista en la que estaba todo el núcleo de futbolistas que había acompañado al técnico en los últimos años, pero en el que seguramente había demasiadas ausencias. Luis de la Fuente ocupa ahora el sitio que deja Luis Enrique.