El 25 enero de 2021, Xosé Manuel Pazos dijo adiós en Cangas, tras dos años combatiendo una enfermedad que no le apartó un solo día de la Alcaldía de Cangas. Se despedía en el hospital firmando los últimos documentos del Concello y dejando un vacío en la política de Cangas que aún hoy se intenta superar. Casi diez meses más tarde, el 6 de octubre, fallecía en su despacho de San Caetano el conselleiro de Facenda de la Xunta de Galicia, Valeriano Martínez, a los 60 años de edad, de un infarto. Natural de Aldán, vecino de Bueu, Valeriano Martínez, fue la sombra del presidente Alberto Núñez Feijóo, La persona que echaba las cuentas de la administración Feijóo.

La muerte del Xosé Manuel Pazos supuso un vacío a nivel político que desató la madre de todas las batallas políticas de Cangas y marcó el año en el municipio, frente a la estabilidad de los gobiernos en sus concellos de vecinos de Bueu y de Moaña. Estos dos municipios consiguieron cumplir dos demandas históricas; la apertura de la piscina cubierta y el inicio de la urbanización de Sisalde para construir el nuevo centro de salud, respectivamente.

La desaparición de Pazos abrió un tiempo convulso, lleno de refriega paridiaria, con una guerra fraticida en el partido que él lideraba (ACE) que sigue abierta.  Esquerda Unida, formación integrada en ACE, perdió fuerza en el seno del gobierno al impedir sus socios que la baja de Pazos se cubriera con otro edil de esa formación política. El sector de Mariano Abalo se opuso y forzó hasta para que entrara en la corporación un hombre de su sector, lo que suponía una descompensación de fuerzas dentro de ACE. Abalo impuso su criterio y logró que Adrián Pena entrara en la corporación y en el gobierno.

Emotivo adiós al Alcalde de Cangas

Emotivo adiós al Alcalde de Cangas Santos Álvarez

Aquí el PSOE se alineó con Aurora Prieto, la díscola edil de ACE, militante de EU que se enfrentó a Abalo. Por aquel entonces, ni Aurora Prieto ni los socialistas querían dejar la alcaldía de Cangas en manos de la hoy regidora Victoria Portas (ACE). Al final, para no alargar más el proceso de sucesión, hubo un cuerdo por el que Portas alcanzaba la alcaldía de Cangas apoyada por los suyos y por el PSOE. Meses después, en julio, concretamente, llegaba la crisis. Los trabajos de preparación de un campo de balonmano playa en el arenal de Rodeira afectaron a las dunas. Hubo denuncias de los ecologistas y se puso el grito en el cielo. Victoria Portas tomó una decisión salomónica: cesar a dos concejales socialistas de sus funciones por estar supuestamente involucrados en los daños a las dunas de Rodeira, Eugenio González y Pilar Nogueira. Eso tuvo efecto dominó y los otros dos concejales socialistas también dimitieron. Desde un sector de ACE se había pensado que el cese de Eugenio González era una buena estrategia porque iba a permitir abrir un gobierno en minoría a otros grupos. Estaba ofreciendo la cabeza de Eugenio González a Avante! -partido en la oposición-, pero éste la rechazó.

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El año 2021 fue también el de las vacunaciones masivas de COVID-19. Los centros de salud fueron el lugar a donde se dirigieron los mayores de 80 años, que fueron los primeros -tras los usuarios de las residencias- en recibir la inyección. Se ponía en marcha un calendario para inocular a toda la población y que sigue ahora con la tercera dosis y la primera para los niños menores de 12 años. 

El verano también trajo de la mano la contaminación de las playas y los derribos, otra vez los derribos en la zona de costa por invadir la zona de protección marítimo terrestre. Después de mucho tiempo, la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) volvió a amenazar con la piqueta. Hay orden de derribo sobre varias casas de Nerga y ya se empezó a desmontar la emblemática terraza del Marusía, en Moaña, por orden de Costas. Y, tal vez, debido a la COVID-19, surgió en playas de Cangas, como la de Francón, esa moda mediterránea de reservar con toallas y sillas zona de playa nada más levantar el día.

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El año en Moaña ha estado marcado por la sanidad. El inicio de las obras de urbanización de los terrenos de Sisalde, en donde la consellería contempla construir el nuevo centro de salud, marcará un antes y un después en el municipio que sigue manifestándose para reclamar el regreso de las urgencias. La pandemia del COVID y las precarias instalaciones de la Casa do Mar, hizo que el Sergas las trasladara a Cangas. Desde entonces no han vuelto y la Mesa Local da Sanidade acordó movilizarse para reclamarlas y también una mejora en el conjunto de la Atención Primaria. Moaña siguió este año con sus proyectos de peatonalización, no sin encontrarse con la oposición de vecinos en Meira; y de mejora de su red de saneamiento para evitar los alivios de fecales en los bancos marisqueros. Bueu también camina en este sentido. El verano dejó en evidencia el mal funcionamiento de la depuradora de la isla de Ons y desató la polémica entre Xunta y Concello por la competencia de las obras que finalmente asume Medio Ambiente como parte del Parque Nacional de las Illas Atlánticas. En Bueu se ejecutó la primera de las sendas peatonales de la Xunta en O Morrazo, la de Trasouto. El municipio también ha sido pionero con la eliminación de un Tramo de Concentración de Accidentes, entre Lapamán y Bueu.