El parón del consumo de moda durante los meses más duros de la pandemia pusieron la puntilla al debilitado negocio de Pili Carrera, una marca histórica del textil made in Galicia que ya había pasado por un primer concurso de acreedores en 2018 por el desgaste de su imagen entre la clientela. La firma que vistió a los benjamines de la realeza europea no consiguió salir adelante esta vez.