El caso de las niñas Anna y Olivia, secuestradas y asesinadas en Tenerife por su padre, Tomás Gimeno, conmocionó al país. Aún hoy, ocho meses después de que Gimeno ejecutara el doble crimen, siguen desaparecidos el cadáver de una Anna, de un año, y el del propio asesino. Tras matarlas, arrojó sus cuerpos al mar, tras lo cual, según la hipótesis policial, se quitó de vida, arrojándose también al agua desde su lancha.

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Según la investigación policial, Gimeno recogió a las dos niñas a las cinco de la tarde de casa de su madre, donde tenía que dejarlas a las nueve. A las 19.47 horas, ordenó a la mayor, de seis años, que mandara un mensaje de audio por Whatsapp a su madre. Después de las diez, Gimeno llamó a la madre para decirle que estaban fuera de la isla y que no volvería a ver a sus hijas, que iban a iniciar una nueva vida. Sin embargo, la hipótesis de la investigación es que en esos momentos, las niñas ya habían sido asesinadas.

Encuentran el cuerpo de una menor en la zona de búsqueda de Anna y Olivia

Encuentran el cuerpo de una menor en la zona de búsqueda de Anna y Olivia Video: Agencia Atlas

Se trata de un doble crimen machista en el que el asesino se venga de su mujer, Beatriz Zimmerman, la madre de las niñas, por haberlo dejado y haber iniciado una nueva vida con otro hombre. El auto de la jueza lo explica así: “Gimeno quiso presuntamente darles muerte de forma planificada y premeditada con el fin de provocar un inhumano dolor a su expareja, a la que de forma deliberada buscó dejar en la incertidumbre acerca del destino que habían sufrido sus hijas al ocultar sus cuerpos, tras darles muerte, en el fondo del mar, eligiendo lugares alejados de la costa y profundos, donde pensaba que nunca serían encontradas”.

Encuentran dos botellas auxiliares de buceo que Tomás Gimeno pudo usar para suicidarse

Encuentran dos botellas auxiliares de buceo que Tomás Gimeno pudo usar para suicidarse Agencia ATLAS | EFE

Aún no se ha encontrado el cuerpo de la niña pequeña, Anna, de un año, ni el de Gimeno. La Guardia Civil y la jueza sostienen que Gimeno tiró también el cuerpo de Anna al mar y luego se suicidó. Su intención era que no hubiese aparecido ninguno de los cuerpos para que su exmujer nunca tuviese la certeza de si sus hijas estaban vivas o no. Fue en lo único en lo que falló el infanticida.

Buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' realiza labores de rastreo en la costa de Santa Cruz de Tenerife MARINE TRAFFIC

Durante semanas, el caso mantuvo en vilo al país, con la esperanza de que se tratase de un secuestro, aunque a medida que pasaba el tiempo esta posibilidad se hacía más remota, hasta que el hallazgo del cuerpo de Olivia, el 10 de junio, evidenció el peor de los presagios. El cadáver de la niña apareció a tres millas de la costa, dentro de una gran bolsa de tenis. A su lado había otra bolsa vacía y rota en la que los investigadores creen que estaba el cuerpo de su hermana Anna. Bajo el agua también se encontró dos bombonas de oxígeno para bucear.

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La Guardia Civil sospecha que Gimeno se suicidó lastrando su cuerpo con un cinturón de plomo tras inhalar oxígeno puro de las botellas, lo que se conoce como “muerte dulce”. El buque oceanográfico gallego Ángeles Alvariño trabajó sin descanso para tratar de localizar sus restos y los de Anna, hasta que el pasado 30 de junio cesó su actividad porque la misión era “totalmente inabordable”.